El restaurante El Vesubio de West New York en el estado de New Jersey fue el escenario de una cena en apoyo a los prisioneros políticos del 11 de julio de 2021 (11J). Esta iniciativa mensual, que se celebró por tercera ocasión, fue ideada por los cubanos Armando Álvarez y Anamely Ramos González, ambos residentes en los Estados Unidos.
El objetivo de estas cenas es reunir a un grupo de amigos para cenar a un precio fijo por cubierto, destinando íntegramente los fondos recaudados, así como donaciones voluntarias y rifas, a algunas de las familias más necesitadas de los presos del 11J en Cuba. Enrique del Risco, uno de los promotores, explicó en Facebook que la idea es simple pero efectiva, y que el proyecto "ya viene dando resultados".
En esta ocasión, se exhibieron videos de familiares agradeciendo la ayuda destinada a los presos políticos en Cuba. Estos testimonios no solo resaltaron la importancia del apoyo recibido, sino que también sirvieron para fortalecer los lazos comunitarios entre cubanos de ambas orillas. La iniciativa no solo proporciona ayuda material, sino que también ofrece un espacio de solidaridad y esperanza para las familias afectadas.
Antes de finalizar la cena, se acordó que para futuras reuniones se lanzará una convocatoria pública para atraer a la mayor cantidad de personas interesadas en apoyar la iniciativa. Esto sugiere que el proyecto busca crecer y consolidarse como una red de apoyo más amplia y robusta.
Enrique del Risco también mencionó que aquellos que deseen colaborar pero viven demasiado lejos o no quieran esperar hasta la próxima cena pueden ponerse en contacto directamente con Armando Álvarez, uno de los fundadores del proyecto. Esta flexibilidad permite que más personas puedan contribuir, independientemente de su ubicación geográfica.
La iniciativa de estas cenas no solo brinda apoyo financiero a las familias de los presos políticos, sino que también fomenta un sentido de comunidad y resistencia entre los cubanos en el exilio. Las reuniones ofrecen un espacio para compartir experiencias, fortalecer vínculos y mantener viva la lucha por la libertad y los derechos humanos en Cuba.
El éxito de estas cenas demuestra la capacidad de la comunidad cubana en el exilio para organizarse y movilizar recursos en apoyo a causas importantes. La respuesta positiva y los resultados tangibles obtenidos hasta ahora indican que este modelo de apoyo podría ser replicado y adaptado en otras comunidades con necesidades similares.
Además, la iniciativa destaca la importancia de la solidaridad y el apoyo mutuo en tiempos de crisis. En un contexto donde muchas familias en Cuba enfrentan dificultades extremas, el apoyo de la diáspora cubana se convierte en un recurso invaluable.
La cena en El Vesubio es un ejemplo de cómo la comunidad puede unirse para hacer frente a los desafíos y ofrecer apoyo a aquellos que más lo necesitan. Es un recordatorio de que, a pesar de la distancia, los lazos de solidaridad y compromiso con la justicia y la libertad siguen siendo fuertes entre los cubanos.
Este evento, y los que le seguirán, representan una luz de esperanza y una manifestación concreta de apoyo a los presos políticos del 11J y sus familias. La continuidad y expansión de estas iniciativas serán cruciales para mantener el apoyo y la solidaridad hacia quienes luchan por un futuro mejor en Cuba.
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