El canciller Bruno Rodríguez Parrilla aseguró que el gobierno cubano está negociando ayuda de varios países en medio de la severa crisis energética que afecta a la Isla.
"Agradecemos los esfuerzos y el apoyo inmediato ofrecido por los gobiernos de Venezuela, México, Colombia, Rusia y Barbados para enfrentar la actual situación del Sistema Electro energético Nacional (SEN). Cuba está en conversaciones para concretar la recepción de estas ayudas", dijo el canciller en la red social X. Estas declaraciones llegan en un momento de desesperación en Cuba, donde la población carece de alimentos frescos, combustible para cocinar y agua potable en la mayoría de los hogares. El gobierno no tiene un plan claro sobre cuándo ni cómo resolverá la crisis energética.
El gobernante Miguel Díaz-Canel mencionó que Cuba podría recibir pronto ayuda de otros gobiernos para enfrentar la crisis generada por los apagones, aunque no especificó una fecha. "Reconforta y alienta la solidaridad recibida desde varios gobiernos y pueblos. Agradecemos esos apoyos y la contundente Declaración del ALBA-TCP, que apunta al gran responsable: la inhumana política de bloqueo de Estados Unidos", dijo Díaz-Canel.
Realmente resulta irrisorio echarle la culpa al bloqueo, "bloqueando" la ineptitud de un gobierno que no sabe qué ha hecho con los miles de millones de euros recibidos para reconstruir y mejorar las termoeléctricas.
El mandatario se niega de esta forma a reconocer los errores de su gobierno que han llevado a esta situación de apagones en Cuba, culpando a Estados Unidos, en una clara continuidad de las políticas del régimen durante más de 60 años en el poder, que han sumido a los cubanos en la miseria en la que sobreviven hoy.
Desde el 18 de octubre de 2024, Cuba sufre apagones generalizados debido a la desconexión del SEN, tras la salida de la planta termoeléctrica Antonio Guiteras, una de las principales fuentes de energía del país. El apagón masivo dejó a millones de cubanos sin electricidad y desencadenó una ola de protestas en varias ciudades, incluyendo La Habana y Santiago de Cuba. Los cubanos expresaron su frustración no solo por la falta de luz y agua, sino también por la carencia de servicios esenciales como el acceso a internet y la imposibilidad de cargar dispositivos electrónicos, lo que aumentó el aislamiento de la población.
Las autoridades señalaron a la termoeléctrica Antonio Guiteras como la causa principal del colapso energético, aunque también se debe a la escasez de combustible y a fallos en otras plantas distribuidas en todo el país. A pesar de los intentos de restablecer el servicio, el colapso continúa provocando una reacción generalizada de descontento que se ha extendido a las redes sociales y ha causado manifestaciones públicas por tercer día consecutivo.
A propósito del descontento y los cacerolazos, el presidente cubano se refirió en su conferencia habitual con los secretarios del Partido en las provincias y que fue trasmitido por la TVC que en algunos lugares se han producido "eventos", desórdenes en los cuales un pequeño grupo de personas, sobre todo embriagados, se lanzaron groseramente a las calles; y que esto no se va a permitir y sobre ellos caerá todo el peso de la ley según la nueva Constitución sobre "cualquier" suceso que altere el orden público... O lo que es lo mismo "NO SE VALE PROTESTAR".
"No vamos a permitir que nadie actúe provocando hechos vandálicos y mucho menos alterando la tranquilidad ciudadana del pueblo. Esa es una convicción, un principio de nuestra revolución", dijo, en clara amenaza contra quienes se manifiesten por el fin de la dictadura, aunque sea una clara protesta por derechos tan humanos como la luz, el agua, la alimentación.
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