Fidel Antonio Castro Smirnov, nieto de Fidel Castro, hizo un llamado para impulsar una "revolución médica" en Cuba. En la clausura de la I Convención Científica de Salud, Sociedad y Desarrollo Sostenible, Castro impartió una conferencia magistral, titulada "Nanotecnología y Ciencias Nucleares en la medicina del futuro". (No importa que no haya presente)
El evento se celebró en el Hospital Provincial General Docente "Dr. Antonio Luaces" en Ciego de Ávila. El académico destacó la necesidad de que Cuba se incorpore a lo que él denomina la Medicina P4 (predictiva, preventiva, personalizada y participativa). Castro Smirnov instó a los científicos cubanos a investigar más sobre inteligencia artificial, machine learning y nanotecnología, para defender la soberanía investigativa con la creación de patentes y productos propios que permitan al gobierno generar ingresos para la economía nacional.
Sus declaraciones chocan con la realidad del Sistema de Salud Pública de Cuba que enfrenta una de las peores crisis de su historia. Mientras Castro Smirnov aboga por tecnologías de vanguardia, los hospitales del país carecen de recursos básicos como medicamentos, guantes, apósitos y materiales esterilizados. Es que ni agujas para inyectar existen en los cuerpos de guardia.
Esta falta de insumos pone en riesgo tanto la vida de los pacientes como la de los profesionales del sector, quienes deben trabajar en condiciones precarias y con materiales reciclados, exponiéndose a infecciones graves. En Cuba los enfermos deben llevar al hospital hasta el hilo de sutura de las cirugías. Las condiciones son tan precarias que los médicos están abandonando sus puestos de trabajo porque no pueden ofrecer servicios de calidad y se sienten sobrepasados por la situación.
Y en medio de este caos, el "baby" Castro quiere "revolucionar" la medicina cubana. En un país donde la salud pública está al borde del colapso y enfermedades curables están cobrando vidas humanas, las aspiraciones de innovación tecnológica están desconectadas de las necesidades inmediatas de la población que está luchando por sobrevivir.
El régimen insiste en proyectar una imagen de Cuba como "potencia médica", pero la realidad muestra un sistema de salud al límite, sin condiciones mínimas para garantizar la atención médica básica. El discurso de Castro Smirnov fue citado por ACN y refleja una brecha significativa entre las metas futuristas promovidas por las élites científicas y políticas cubanas, y la vida cotidiana de millones de ciudadanos que sufren las consecuencias de un sistema en crisis.
La verdadera "revolución médica" que necesita el país podría no estar en conceptos avanzados y sueños de uso de la nanotecnología, pagados con el dinero público, sino en solucionar las carencias fundamentales que hoy dañan la calidad de vida de los cubanos, que no tienen ni aspirina en las farmacias.
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