Emilio Matos Olivera, conocido como "El Pollo", exjefe de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) en el municipio de Bayamo, provincia de Granma, se encuentra actualmente en Estados Unidos tras haber escapado de Cuba hace aproximadamente dos meses. La información, compartida en la página de Facebook "La Tijera", ha generado indignación entre las víctimas de su actuar represivo, muchas de las cuales aún padecen las consecuencias de sus acciones.
Durante su tiempo como jefe de la PNR en Bayamo, Matos Olivera fue señalado como responsable de la detención de más de 500 personas en su jurisdicción, según testimonios de las víctimas recopilados por "La Tijera". Su rol represivo, especialmente durante episodios de creciente descontento social, lo convirtió en una figura temida y odiada por muchos en la región.
Hace apenas cuatro meses, Matos Olivera solicitó la baja de la Policía, y poco después emprendió su huida en una lancha hacia Estados Unidos. Ahora, se encuentra en proceso de solicitud de refugio político, un estatus que ha generado fuertes críticas, ya que para muchos resulta indignante que un excolaborador activo del régimen castrista busque amparo en un país que simboliza libertad y democracia.
La llegada de Matos Olivera a Estados Unidos ha encendido las alarmas entre la comunidad cubana en el exilio. Algunos temen que este sea un caso más de infiltración por parte del régimen cubano, que históricamente ha utilizado este tipo de estrategias para mantener un control encubierto sobre los disidentes en el extranjero.
Por su parte, La Tijera ha solicitado a quienes tengan testimonios sobre los abusos cometidos por Matos Olivera que los hagan llegar, con la esperanza de que se tomen medidas legales contra él. De acuerdo con publicaciones en la misma página, existe confianza en que su responsabilidad podría ser evaluada una vez que la administración de Estados Unidos cambie después del 20 de enero de 2025, fecha clave para muchos exiliados que buscan justicia contra los represores del régimen.
La presencia de excolaboradores del régimen cubano en Estados Unidos no es nueva, pero cada caso renueva el debate sobre la necesidad de mecanismos más rigurosos para investigar y procesar a quienes llegan al país bajo falsos pretextos de persecución política. Las víctimas de Matos Olivera, tanto dentro como fuera de Cuba, esperan que su historial no quede impune.
En este contexto, surgen preguntas sobre cómo individuos con un pasado represivo logran escapar de la isla y establecerse en territorio estadounidense sin enfrentar consecuencias inmediatas. Casos como el de Matos Olivera reavivan el llamado a la vigilancia y a la colaboración entre las comunidades del exilio para exponer a quienes buscan aprovecharse de las libertades que una vez negaron a otros.
Por ahora, "El Pollo" está en la mira de quienes no olvidan. Su futuro en tierras de libertad dependerá de la voluntad de las autoridades y de la memoria de las víctimas, quienes claman justicia frente a su aparente intento de reinvención.
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