La acumulación de basura en las calles de La Habana ya era un problema visible antes del paso del huracán; imagínense en la actualidad. Rafael solo complicó aún más la situación con las lluvias y las penetraciones costeras; la falta de drenaje adecuado y el cúmulo de desechos obstruyen los canales de agua, lo que contribuye a la formación de inundaciones en las zonas más bajas de la ciudad.
Doce días después del paso de Rafael y vean la cuadra de Avenida 35 y 122A, en el municipio Marianao, un pequeño ejemplo de toda una ciudad.
El reporte del medio digital LaTijera da cuenta de que esta acumulación de basura representa, no solo un riesgo sanitario debido a la posibilidad de la propagación de enfermedades, sino también un obstáculo para la recuperación tras el desastre. En las áreas más afectadas, los desechos dificultan la movilidad y la circulación de los habitantes y representan un obstáculo adicional para la limpieza de las calles y la normalización de la vida cotidiana.
La frustración de los habaneros es visible: las quejas no se han hecho esperar. Los ciudadanos expresan su frustración por la falta de organización en la gestión de la basura y por la escasa eficiencia de las brigadas de limpieza que se han desplegado en la capital. A pesar de las promesas del presidente Miguel Díaz-Canel de mejorar la situación, el problema persiste y los residentes siguen enfrentando dificultades para lidiar con los desechos acumulados...¡otra de las mentiras del Pinocho que desgobierna la Isla!
La respuesta del gobierno, aunque enérgica en sus comunicados y anuncios, ha demostrado ser insuficiente para hacer frente a la magnitud de la crisis. A medida que pasan los días y la ciudad se enfrenta a la difícil tarea de limpiar las calles, el descontento de los habitantes de La Habana sigue creciendo.
A esto unan que el problema de la basura en La Habana no es nuevo. A lo largo de los años, la capital cubana ha enfrentado dificultades recurrentes en la gestión de residuos sólidos, lo que ha generado un ambiente de insalubridad en varias zonas. La escasa infraestructura de recolección y el desgaste de los vehículos encargados de este servicio han contribuido a la acumulación de desechos en las calles.
Con el paso del huracán Rafael, este problema estructural se ha visto exacerbado, creando una situación de emergencia sanitaria que necesita soluciones urgentes. La falta de respuesta eficaz pone de manifiesto las limitaciones del sistema de gestión pública ante una crisis de esta magnitud, lo que genera preocupación no solo por la higiene, sino por el bienestar de los ciudadanos.
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