Sin duda alguna, la promesa hecha por Donald Trump sobre poner fin a los dos grandes conflictos bélicos que matizan el panorama mundial, tanto en el Medio Oriente como en el suelo de la ex Unión Soviética, es una nota prometedora para los amantes de la paz en el planeta.
Con vistas al próximo arribo a la presidencia estadounidense de Trump, Kiev ha puesto en marcha una ofensiva diplomática para convencer al futuro mandatario de que la ayuda militar para Ucrania no puede desfallecer porque el liderazgo global de Estados Unidos está en juego. Como ha dicho en varias ocasiones el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, sin la asistencia estadounidense, su país está perdido. Trump prometió durante la campaña electoral que su presidencia terminará con el suministro multimillonario de armamento a Ucrania y que se centrará en sellar cuanto antes el fin de la guerra, aunque esto implique ceder territorio invadido a Rusia.
Zelenski ha iniciado una campaña para ganarse a Trump con la convicción de que una cosa es lo que decía como candidato republicano y otra lo que hará como líder de Estados Unidos. Ha trascendido en los medios su agenda en las próximas semanas priorizará acercar posiciones con Trump antes de que asuma la presidencia estadounidense en enero.
Zelenski fue uno de los primeros en felicitar a Trump por su victoria electoral el miércoles, expresando en la red social X: “¡Felicidades por esta impresionante victoria! Esperamos una era de unos Estados Unidos fuertes bajo el decisivo liderazgo del presidente Trump”.
Trump y Zelenski hablaron por teléfono en la madrugada del jueves y el presidente ucraniano describió la conversación con grandes elogios hacia el líder republicano: “He tenido una gran charla por teléfono con el presidente Trump y lo he felicitado por su histórica y sólida victoria. Este resultado es posible gracias a una impresionante campaña electoral. He felicitado a su familia y a su equipo por su trabajo excelente”.
Este entusiasmo contrasta con las constantes burlas que le dirigió el candidato republicano durante la campaña electoral. Trump recibió la visita del líder ucraniano en Washington el pasado septiembre con estas palabras: “Zelenski es el mejor comercial de la historia. Cada vez que viene a Estados Unidos vuelve a casa con 100 mil millones de dólares. Esto tiene que acabar”.
Durante entrevistas y mítines en octubre, Trump insistió en este mensaje y avisó de que Zelenski también era en parte responsable de la invasión: “No debería haber permitido que se produjera esta guerra”.
Zelenski ha subrayado en las últimas semanas que está convencido de que una cosa es el guion exagerado de una campaña y otra lo que un jefe de Estado debe asumir. Mijaílo Podoliak, miembro de la oficina del presidente ucraniano, valoró es en X que a Trump le interesa plantar cara a los países que desafían el poder estadounidense: “Quizá es el momento perfecto para castigar a los descastados, a los provocadores y a los líderes de alianzas destructivas que retan el liderazgo global de Estados Unidos”. El problema de este planteamiento es que Trump prioriza la política nacional.
El mensaje de felicitación de Zelenski a Trump subrayaba de varias maneras su confianza en que las relaciones bilaterales saldrían ganando y de que hay más puntos en común que diferencias: “Aprecio el compromiso del presidente Trump cuando afronta los asuntos globales con la idea de [conseguir] la paz a partir de la fuerza. Este es exactamente el principio que en la práctica puede acercar a Ucrania a una paz justa”.
El mensaje de Trump fue claro: “Yo no iniciaré una guerra, yo finalizaré guerras”.
Vasil Jmelnitskii, exdiputado, empresario y una de las mayores fortunas de Ucrania recordó que “Trump prometió en campaña que pondría fin a la guerra en unos pocos días, ahora veremos si es posible”,
La victoria de Trump fue una de las cuestiones más comentadas durante las conferencias por las implicaciones que puede tener para terminar el conflicto en 2025, como ha deseado que suceda Zelenski. “Ahora sabremos si es capaz de cumplir con lo que dijo que podía hacer”, ha repetido Jmelnitskii, “sabemos que no será una solución ideal para Ucrania, pero tiene que ser por lo menos con buenas condiciones para nuestro país”.
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