En respuesta a los daños causados por el huracán Oscar en la región oriental de la isla, el régimen cubano ha comenzado la venta de colchones( colchonetas) subsidiados para las familias afectadas en Baracoa, Guantánamo. Según reportes de Radio Baracoa en Facebook, las ventas se están llevando a cabo en el local conocido como "mercado campón".
El pasado 2 de noviembre, Yanisley Ortiz Mantecón, viceministra de Finanzas y Precios, informó que el huracán había causado severos daños materiales, especialmente en viviendas. Para apoyar a los damnificados, el estado cubano dispuso la venta de materiales de construcción y colchones con un subsidio del 50%, según lo establecido en el Acuerdo 9991 del Consejo de Ministros, publicado recientemente en la Gaceta Oficial de la República.
Ortiz Mantecón señaló que, además de los subsidios, las personas con ingresos insuficientes podrán acceder a créditos bancarios o solicitar financiamiento a través de la Asistencia Social, conforme a la legislación vigente. Sin embargo, a pesar de estas medidas, muchos cubanos han expresado escepticismo.
En eventos previos, como el huracán Ian en 2022, el Gobierno prometió apoyo similar, pero las ayudas enfrentaron retrasos, escasez de materiales y precios elevados, lo que dificultó la recuperación para la mayoría de los afectados.
En Baracoa, además de la venta de colchones, se han dispuesto varios puntos de distribución de agua potable para las comunidades más afectadas por el huracán. No obstante, habitantes de otras zonas afectadas, como Maisí y Imías, han denunciado que la ayuda no está llegando con la misma rapidez y eficiencia, generando críticas sobre la falta de equidad en la distribución de los recursos.
A través de redes sociales, varios residentes han compartido sus experiencias y preocupaciones. Un habitante de Maisí comentó: “Aunque agradecemos los esfuerzos, la realidad es que muchas familias aquí todavía están sin techo y sin acceso a agua potable. Necesitamos más apoyo y soluciones más rápidas”. Otro residente de Imías mencionó que los precios de los materiales de construcción siguen siendo prohibitivos para muchas familias, incluso con el subsidio del 50%.
Además de los problemas de distribución, los daños en la infraestructura eléctrica y de comunicaciones han dificultado las labores de recuperación en toda la región oriental. Las autoridades han estado trabajando para restablecer los servicios, pero los avances han sido lentos debido a la magnitud de los daños y la incapacidad para cumplir lo programado.
En este contexto, organizaciones comunitarias y grupos de voluntarios han tomado la iniciativa para apoyar a las familias más vulnerables, organizando recolectas de alimentos, ropa y otros suministros básicos. La colaboración entre ciudadanos ha sido crucial para enfrentar las dificultades y mostrar solidaridad en estos momentos de crisis.
A medida que la recuperación avanza, la población espera que las lecciones aprendidas de huracanes anteriores se traduzcan en una respuesta más efectiva y rápida por parte del gobierno, y que la ayuda llegue de manera equitativa a todas las comunidades afectadas.
Muchos dicen que la esperanza era verde y se la comió un chivo, así que aunque nunca se pierde, la esperanza es algo lejano para estos cubanos de a pie.
Washington Post: Maduro negocia acuerdo migratorio con Trump a cambio de alivio económico
Hace 1 día
EEUU da un paso firme al reconocer a Edmundo González como líder legítimo de Venezuela
Hace 22 horas