A tan solo 13 días de asumir la presidencia, Donald Trump dejo clara su postura sobre tres territorios estratégicos: Groenlandia, Canadá y el Canal de Panamá.
Durante una conferencia de prensa informal en su resort Mar-a-Lago en Florida, Trump, apuntó a cuestionar acuerdos internacionales y expreso su deseo de imponer una visión más agresiva sobre la política exterior de Estados Unidos, con la intención de mantener el dominio sobre rutas comerciales clave y ampliar el territorio estadounidense.
En relación con el Canal de Panamá, Trump enfatizo la importancia geopolítica de esta vía interoceánica, que, según él, está siendo operada por China. "El Canal de Panamá es vital para nuestro país y está siendo operado por China. Se lo dimos a Panamá, no a China", dijo el presidente electo, añadiendo que las tarifas aplicadas a los buques mercantes y militares estadounidenses que transitan por el canal son significativamente más altas en comparación con otros países.
Además, Trump acusó a Panamá de violar los términos del tratado firmado en 1977, lo que ha puesto en marcha negociaciones sobre su control y explotación.
El contrapunteo con Panamá se intensificó en diciembre, cuando el presidente panameño, en un mensaje publicado en X, destacó la soberanía panameña sobre el canal: "No hay otras manos en nuestro canal más que las panameñas, y en nuestras manos se va a quedar por siempre". A pesar de las tensiones, Trump evitó entrar en detalles sobre los pasos a seguir, aunque dejó claro que la situación del canal sigue siendo una prioridad para su administración.
Por otro lado, el presidente electo también ha señalado la cuestión de Groenlandia, un territorio que actualmente pertenece a Dinamarca. Durante su visita a Nuuk, la capital de Groenlandia, Trump Junior hizo comentarios de tono ligero, pero su padre, desde Mar-a-Lago, cuestionó el derecho legal de Dinamarca sobre la isla, sugiriendo que, si Dinamarca tuviera alguna jurisdicción sobre el territorio, debería cederlo a Estados Unidos por razones de seguridad nacional. "No necesitas binoculares. Basta solo con mirar para ver barcos chinos y rusos en todas partes", afirmó Trump, poniendo de manifiesto sus preocupaciones estratégicas.
La respuesta de Dinamarca fue contundente. La jefa del gobierno danés afirmó en una entrevista televisiva que Groenlandia no está a la venta, rechazando de forma tajante cualquier intento de anexión por parte de Estados Unidos.
Por último, Trump volvió a abordar la cuestión de la anexión de Canadá, sugiriendo que, dado el apoyo económico y militar que Estados Unidos brinda al país vecino, Canadá debería ser parte de la unión. “Apoyando a un país con 200 mil millones al año, con presencia militar y todo lo demás, deberían ser un estado”, comentó, dirigiéndose directamente al primer ministro canadiense Justin Trudeau.
Este, por su parte, respondió con firmeza en X: "No hay ni una remota posibilidad de que Canadá se convierta en parte de los Estados Unidos. Los trabajadores y las comunidades de ambos países se benefician de ser el mayor socio comercial y de seguridad mutuo."
Con estas declaraciones, Trump no solo deja entrever su visión expansionista, sino que también establece un primer enfrentamiento con varios aliados estratégicos, dando señales claras de que su política exterior podría traer consigo importantes desafíos diplomáticos.
¡Así es el primer supermercado español en Cuba que marca el camino hacia la dolarización!
Hace 1 día
Un avance histórico: Vacunas de ARN mensajero contra el cáncer podrían aprobarse en 2025
Hace 2 días
'In crescendo' el número de jóvenes cubanos listos para firmar con organizaciones de MLB
Hace 2 días
Exoficial de la CIA acusa a la agencia de encubrir los ataques del Síndrome de La Habana
Hace 2 días