No hay agencia en el mundo o red social que no se haya hecho eco este viernes de la accidentada, inoperante y poco veraz "representación" cual obra de teatro mal actuada, que encabezó el primer ministro Manuel Marrero Cruz en la noche de este jueves por la Televisión Cubana. El dirigente al dirigirse a la nación, en una comparecencia hecha de "corre corre", ni siquiera pudo salir al aire con dignidad pues su imagen ( muchas veces distorsionada, a través de un video de tan baja calidad que parecía ser captada desde un teléfono móvil y con interrupciones constantes por cortes de datos), envió ¡eso sí! un claro y humillante mensaje: ¡ni siquiera en los más altos niveles de gobierno son capaces de garantizar una transmisión decente en medio de una crisis energética nacional!
La comparecencia de Marrero Cruz, en relación con la crisis energética del país, ha sido un fiasco en todos los niveles, tanto en contenido como en forma. Para empezar, Marrero no aportó nada nuevo, más allá de lo que el pueblo cubano ya sabe de sobra: que el sistema energético está colapsado y que la situación no tiene una solución a corto plazo. Lo más preocupante es que las excusas de siempre, la culpa al "bloqueo" y la falta de recursos externos, ya no convencen a nadie.
Marrero describió lo evidente: la infraestructura energética está en ruinas, falta combustible y la demanda de electricidad sigue subiendo. Aunque admitió la gravedad de la situación, su única "solución" inmediata fue la llegada de un barco con fueloil y unas cuantas toneladas de diésel. ¡Sí, toda una nación de millones de personas pendiente de un solo barco! Una maniobra desesperada que solo prolonga la agonía de un sistema que se está desmoronando.
Como contrapartida, como agarrándose de un clavo ardiente, Marrero echaba manos al "genial y muy atinado" director general de la Unión Nacional Eléctrica, Alfredo López Valdés, quien ratificaba a cada momento que "no había solución en estos momentos, que todo sería poco a poco, que con el tiempo y ´un ganchillo´ se podría obtener una mejoría; que el pueblo tenía que tener paciencia, que las operaciones para mejorar oscilaban entre los dos y los cuatro años debido al estado actual de las termoeléctricas o lo que se necesitaba para desarrollar la energía limpia, de paneles solares.
La comparecencia no solo fue técnicamente desdichada sino que simboliza la desconexión total entre los dirigentes del régimen y el mundo actual.
Las promesas de largo plazo, como la supuesta transición hacia energías renovables para 2025, son pura fantasía. Si hoy no pueden ni garantizar que las termoeléctricas funcionen ¿cómo van a implementar un sistema de energías limpias en menos de un año? Es simplemente una cortina de humo para ganar tiempo mientras el pueblo sigue soportando apagones de más de 15 horas.
De acuerdo con Marrero se va a priorizar el sector residencial, lo que en teoría suena bien pero en la práctica significa la paralización de actividades económicas vitales para la ya frágil economía del país; no es más que un círculo vicioso pues ni hay energía, ni producción ni ingresos ni combustible. Y, todo esto rdundará en más apagones, más deterioro humano, más éxodo de la juventud que no aguanta más, más ancianos escarbando basureros.
El anuncio de que se esperan aumentos en las tarifas eléctricas para el sector privado es otro golpe bajo. Marrero afirma que estas formas de gestión no estatal han estado pagando tarifas subsidiadas “sin control”, pero lo cierto es que esta es una medida para recaudar más dinero de un sector que ya está sofocado por la falta de insumos y apoyo. En vez de incentivar el crecimiento económico, el gobierno prefiere asfixiar a los pocos que todavía logran generar algún tipo de actividad productiva.
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