La represión de la dictadura cubana es tal que invade a religiosos de la iglesia católica. El sacerdote Alberto Reyes ha sido requerido por hacer sonar 30 campanadas en su iglesia, en protesta por los apagones, el hambre, la tristeza y desesperanza que vive el pueblo de Cuba.
El clérigo hizo sonar 30 veces las campanas de su iglesia en Esmeralda, Camagüey y por supuesto, eso no gustó para nada a las autoridades "reinantes" que lo ven como una "amenaza" que despierte las almas y las mentes de sus feligreses y que de paso se convierta en un ejemplo a seguir en la Isla.
La acción había sido anunciada por el padre Alberto, reconocido como una de las voces más críticas de la Iglesia Católica en contra del desgobierno que tiene hundida a Cuba en la desesperación y la desesperanza. El sacerdote, en su reflexión "He estado pensando", desde su perfil en Facebook, explicó que el tañido fúnebre "anuncia muerte y luto: la muerte agónica de nuestra libertad y de nuestros derechos, la asfixia y el hundimiento de nuestra vida".
El padre también convocó a sus lectores a la resistencia pacífica y a ejercer su derecho de no colaborar con el régimen. Ante esta situación, el obispo de Camagüey, coaccionado por el gobierno en la provincia prohibió el repique; no obstante el Padre Alberto no deja de alzar su voz aunque su campana haya dejado de gemir por las angustias de todo el pueblo.
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