El Departamento de Justicia de EE.UU. ha revelado información sobre un presunto plan, atribuido al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC), para asesinar a Donald Trump antes de las elecciones presidenciales. Según las autoridades, el supuesto complot sería una represalia por la muerte del general iraní Qasem Soleimani, quien falleció en un ataque de EE.UU. en Irak en 2020, bajo órdenes de Trump.
Christopher Wray, director del FBI, afirmó que estos cargos exponen los intentos persistentes de Irán de atacar a ciudadanos estadounidenses, incluidos Trump y otros líderes gubernamentales. Las investigaciones apuntan a Farhad Shakeri, un presunto agente de la IRGC radicado en Teherán, como uno de los líderes del plan. A Shakeri, de 51 años, se le habría encomendado organizar el ataque el pasado 7 de octubre.
Además de Shakeri, dos ciudadanos estadounidenses, Carlisle Rivera y Jonathon Loadholt, enfrentan acusaciones por conspirar para asesinar a una periodista iraní-estadounidense en Nueva York, en otro plan que, según las autoridades, también fue coordinado por la IRGC. Ambos fueron arrestados en Nueva York y comparecieron ante el tribunal esta semana.
Shakeri es señalado como el principal implicado en esta operación. Según las autoridades, él habría recurrido a contactos en una red criminal formada durante su estancia en prisión en EE.UU. para colaborar con la IRGC en la planificación de ataques y la vigilancia de objetivos específicos en Estados Unidos.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Esmail Baghai, rechazó categóricamente las acusaciones, calificándolas de "infundadas" y negó cualquier implicación de su país en el intento de asesinato de Trump o de otros funcionarios estadounidenses.