La crisis del transporte público en Ciego de Ávila refleja la incapacidad del gobierno cubano para gestionar y resolver una problemática extendida por todo el país. Hasta octubre, la Empresa Provincial de Transporte (EPT) solo ha cumplido el 27% de su plan anual de transportación de pasajeros, muy lejos de su objetivo de 18 millones de usuarios en 2024. La situación se ve agravada por la escasez de combustible y un alarmante deterioro de la infraestructura vehicular, problemas que las autoridades han sido incapaces de solucionar.
Los principales obstáculos para la EPT incluyen el bajo coeficiente de disponibilidad técnica de los vehículos y un suministro de combustible insuficiente. Solo el 30% del combustible necesario está siendo asignado, lo que apenas alcanza para servicios esenciales como el traslado de pacientes, personal de salud y estudiantes. Además, el desgaste de los equipos es severo: la mayoría de los autobuses públicos de la provincia están fuera de servicio debido a la falta de piezas, especialmente neumáticos y baterías.
Actualmente, la EPT solo cubre 57 de las 135 rutas en toda la provincia, dejando a la población sin acceso a transporte fiable y limitando su capacidad de moverse libremente. Aunque algunas rutas han sido reactivadas con un esfuerzo mínimo, la falta de recursos y los altos costos de mantenimiento en el mercado local complican la situación. La dependencia de medios arrendados, aunque útil en casos de emergencia, no puede sustituir una gestión integral y eficaz de los servicios de transporte.
El gobierno ha implementado algunas medidas temporales, como el uso de vehículos arrendados para distribuir alimentos y productos de la canasta básica, pero los costos y la falta de combustible limitan la eficacia de estas acciones. A pesar de algunas iniciativas para mejorar la autonomía de las Unidades Empresariales de Base (UEB) en la provincia, los recursos siguen siendo escasos, y las condiciones estructurales para el desarrollo del transporte no están garantizadas.
La crisis en el transporte público de Ciego de Ávila es solo un ejemplo de los problemas que afectan a todas las provincias de Cuba. Los ciudadanos enfrentan una realidad cada vez más precaria, mientras el gobierno demuestra su incapacidad para asegurar servicios básicos. La falta de soluciones efectivas y la escasez de recursos esenciales como el combustible reflejan un sistema debilitado y una población que paga el precio de años de mala gestión y falta de inversión en infraestructura básica.