Escrito por Fernando Almeyda Rodríguez, abogado y activista cubano: "El fenómeno migratorio hacia los Estados Unidos es de fundamental relevancia para Cuba, no solo por ser el principal destino de los emigrados y refugiados cubanos, sino por las connotaciones sociales, políticas y económicas que históricamente tiene este tema. En los últimos años, esa nación ha enfrentado una de las crisis migratorias más grandes de su historia. Entre el aumento de la inmigración irregular, las admisiones humanitarias y el flujo constante de solicitantes de asilo, han surgido debates sobre la efectividad de las leyes y políticas migratorias existentes.
"La elección de Donald Trump es la más clara evidencia de la insatisfacción mayoritaria de ciudadanos norteamericanos con el manejo de la migración durante el último período. Uno de los puntos más claros, tanto en su agenda de 2016 como en la de 2024, ha sido «el problema migratorio». Y siendo objetivos, si bien la migración mixta hacia EE.UU. no es el «anticristo» que el discurso político republicano plantea, su falta de regulación o peor, el fracaso en su regulación y la mala gestión han exacerbado los problemas que naturalmente acompañan al fenómeno.
"Entre 2020 y 2024, el aumento de la inmigración irregular alcanzó cifras récord. Según datos del Departamento de Seguridad Nacional más de 2, 4 millones de encuentros fronterizos ocurrieron solo en el año fiscal 2023, una cifra sin precedentes que superó incluso los picos históricos de la década del ochenta. Este aumento ha sido impulsado por múltiples factores: crisis económicas en Venezuela y Haití, represión política en Cuba y Nicaragua y conflictos de diversa índole en América Central.
"A nivel de solicitudes de asilo, los números también son alarmantes. Según el Transactional Records Access Clearinghouse para 2023 había más de 1, 1 millones de solicitudes afirmativas pendientes ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los EE.UU. (USCIS), y cerca de un millón de solicitudes defensivas en los tribunales de inmigración. Esto representa un crecimiento exponencial respecto a décadas anteriores, cuando los casos anuales promediaban entre 20 mil y 50 mil.
"En un intento por manejar la crisis, las administraciones recientes han recurrido a mecanismos como las visas humanitarias, diseñadas para casos de emergencia o situaciones excepcionales. Sin embargo, estas visas, aunque necesarias en algunos contextos, han sido criticadas por su uso excesivo y falta de supervisión rigurosa: desde el mal empleo del título I-220 A, hasta los problemas y la corrupción recientemente descubierta en la implementación del Programa de Parole Humanitario (especialmente en el caso cubano).
"Y es que la migración mixta cubana hacia los Estados Unidos, por los privilegios y facilidades a los nacionales de la Isla, complica el manejo de la situación. Uno de los temas más escandalosos fue la llegada por Parole Humanitario de la ex jueza de lo penal Melody González Pedraza, sin embargo, esta entró en proceso de asilo estando ya en un aeropuerto norteamericano al negársele la entrada por ser considerada inadmisible.
"El problema no acaba aquí: el de Melody González no resulta un caso aislado. Según un informe de la Fundación para los Derechos Humanos de Cuba, emitido en agosto de 2024, al menos 117 personas calificadas como represores, de un listado de 1015, habían ingresado a los Estados Unidos. Entre estas se encuentran, desde un ex viceministro del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Juan Carlos Santana Novoa —actual solicitante de asilo—, hasta policías e incluso polémicas figuras de las Fuerzas Armadas Revolucionarias como Luis Raúl González-Pardo Rodríguez, implicado en el derribo en aguas internacionales de las avionetas de «Hermanos al Rescate»".
Hasta aquí el artículo de Fernando Almeyda al que solo faltaría preguntar: ¿Qué hará Trump cuando tome posesión de la presidencia de los Estados Unidos de América?
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