El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a revivir sus propuestas previas sobre la adquisición de Groenlandia, la reincorporación del Canal de Panamá y la anexión de Canadá. Estas sugerencias, que ya generaron controversia durante su primer mandato, continúan provocando reacciones en la comunidad internacional, incluso antes de asumir oficialmente el cargo el 20 de enero.
En un reciente anuncio, Trump reiteró su interés en que Estados Unidos controle Groenlandia, un territorio autónomo de Dinamarca, alegando razones de seguridad nacional y estrategia global. A pesar de haber hecho esta misma propuesta en 2019, que fue rechazada rotundamente por Copenhague, Trump aseguró en su declaración que el control de Groenlandia es “una necesidad absoluta para la libertad y la seguridad en todo el mundo”.
El tema de Groenlandia resurgió junto a otros puntos igualmente polémicos. Trump sugirió que, ante los crecientes costos de envío a través del Canal de Panamá, Estados Unidos debería retomar el control total de la vía fluvial que conecta el Atlántico con el Pacífico, tras haber cedido el control en 1999 a Panamá. “Si no se siguen los principios de justicia que dictan el uso del canal, exigiremos su regreso a Estados Unidos sin cuestionamientos”, afirmó Trump, generando rápidamente una respuesta del presidente de Panamá, quien reafirmó la soberanía de su país sobre la infraestructura.
Además, Trump ha renovado su provocativa sugerencia de que Canadá debería convertirse en el estado número 51 de Estados Unidos. En un comentario irónico, se refirió al primer ministro canadiense Justin Trudeau como el "gobernador" del “Gran Estado de Canadá”. Aunque Trudeau minimizó la propuesta como una broma, la tensión se mantuvo con recientes discusiones sobre aranceles y comercio.
En relación con Groenlandia, Múte Bourup Egede, jefe de gobierno de la isla, descalificó las declaraciones de Trump, destacando que Groenlandia “no está en venta y nunca lo estará”. La isla, cuya base militar estadounidense es clave para la estrategia en el Ártico, ha disfrutado de un autogobierno desde 1979, y la postura de su gobierno sigue siendo firme en cuanto a su autonomía.
Estas propuestas de Trump se suman a una serie de acciones internacionales que, en palabras de analistas, podrían aumentar las tensiones en las relaciones de Estados Unidos con varios de sus aliados cercanos. Sin embargo, la probabilidad de que tales propuestas se materialicen en el corto plazo sigue siendo incierta, ya que enfrentan fuertes obstáculos diplomáticos y legales.
(Con información de "AP")