El Gobierno de La Habana eligió al municipio 10 de Octubre como sede provincial para conmemorar el aniversario 66 del fatídico triunfo de la Revolución y presentó un plan de actividades festivas. Esta indicación del Partido Comunista comienza a extenderse a todos los territorios; no es exclusiva de la capital. El entusiasmo oficial del régimen contrasta con la indignación de los ciudadanos, quienes cuestionan el sentido de las celebraciones en medio de la grave crisis que atraviesa el país.
Las críticas no tardaron en llegar. En redes sociales, una usuaria expresó su incredulidad al ver el comunicado del Gobierno de La Habana organizando el plan de actividades festivas: "Con la situación tan terrible que tiene el Hospital Hijas de Galicia, solo con eso, no creo que merezca esa distinción el municipio de 10 de Octubre. Sería bueno que las autoridades se den una vuelta por allí, revisen los grupos electrógenos del hospital que fallan en el momento más necesario".
Otra persona expresó: "¿Un plan de actividades festivas con tantas situaciones pendientes de discutir y resolver en la capital? Aún no recibimos el arroz completo de noviembre, ni el gas, ni etcétera".
La denuncia sobre fallos eléctricos y pésimas condiciones de higiene en hospitales del país, resume el estado generalizado del sistema de salud cubano, agravado por la crisis energética. En las redes, los cubanos también señalan la desconexión de los líderes de la Revolución con las penurias del pueblo. Mientras los ciudadanos enfrentan apagones, carencia de alimentos y medicinas, los altos dirigentes y sus familiares disfrutan privilegios que profundizan el descrédito del modelo socialista. Ejemplos sobran.
La situación energética, marcada por apagones masivos y el colapso de servicios básicos, como el agua potable y el transporte público, amplifican la sensación de desesperanza en Cuba. En este contexto, las celebraciones del triunfo de la Revolución se perciben como un espectáculo vacío, alejado de la realidad del pueblo.
"No hay nada que celebrar en un país sumido en la miseria", afirman muchos cubanos, recordando que más que triunfos, lo que dejó la Revolución son promesas incumplidas, familias rotas, pobreza extrema y un futuro incierto.
El gobierno cubano ha decidido seguir con las celebraciones del triunfo de la Revolución a pesar de la grave crisis energética, económica, política y social que atraviesa el país...pero, ¿ qué se va a celebrar?
Los cubanos critican al gobierno principalmente por su desconexión con las penurias del pueblo, el mal manejo de la crisis energética, la falta de transparencia y la desigual distribución de recursos. La población está cansada de los apagones prolongados, la escasez de alimentos y medicinas, y la percepción de elitismo entre los líderes del régimen.
La crisis energética ha agravado las ya pésimas condiciones del sistema de salud cubano, con fallos eléctricos y problemas de higiene en hospitales. Esto ha puesto en riesgo la atención médica y la seguridad de los pacientes, especialmente en centros críticos como el Hospital Hijas de Galicia.
Para colmo de la "celebración" ya se legalizó a través del Decreto 110, los apagones planificados de más de 72 horas, lo que ha desatado indignación entre la población.
Además, ha intentado justificar la situación culpando al embargo cuando la realidad es consecuencia de decisiones internas erróneas y falta de inversión en infraestructura energética, para la que naciones como Rusia y China han aportado cifras millonarias. Cabría preguntarse ¿dónde están esos millones? Seguramente, en la fiesta de Sandro Castro y la cómoda existencia de Manuel Anido Cuesta en Madrid pueden haber algunas respuestas. Por supuesto, ¡esto es mínimo al lado de la corrupción de todo un gobierno!
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