La periodista independiente Camila Acosta ha sacado a la luz nuevos detalles sobre uno de los represores de la Seguridad del Estado cubano, conocido bajo el seudónimo de “Mayor Alejandro”. En un hilo publicado en su cuenta de Twitter (actualmente X), Acosta narró cómo después de cuatro años sin verlo lo reconoció recientemente en “un lugar de La Habana”.
Según su relato, "Alejandro" (todos saben que ese no es su nombre) lideró varios actos represivos en su contra durante el 2020, incluidos desalojos, detenciones arbitrarias, interrogatorios y amenazas. Acosta recordó que Alejandro era responsable también de hostigar a otros activistas y periodistas independientes como Iliana Hernández, Nancy Alfaya, Martha Tamayo y María Matienzo.
“Es de esos represores que disfruta intimidar a los demás, disfruta el poder que le da infundir temor. Por eso, cuando Cuba cambie –porque indudablemente lo hará un día– no podrá escudarse en que solo cumplía órdenes”. En su hilo, Acosta reveló que durante un interrogatorio en 2020, Alejandro llegó a amenazar con que serían sus abuelos quienes sufrirían las consecuencias de su trabajo, afirmando: “Sabemos que están muy enfermos, en cualquier momento pueden caer en un hospital y lo que les suceda será culpa tuya”. ¡¡¡!!!
La periodista agregó que el represor ordenó elaborar un expediente penal en su contra con acusaciones falsas. Tras reconocerlo en La Habana, Acosta y su pareja, también víctima del Mayor Alejandro, lograron grabar imágenes del represor, quien intentó arrebatarles el teléfono para evitar ser registrado. Subrayó que estos documentos serán clave para futuras denuncias y no descartó que formen parte de un eventual proceso de justicia en un “Nuremberg cubano”.
Acosta concluyó su exposición con un mensaje: “Es bueno que estos sicarios entiendan que su impunidad se les acabará y que ni escondiéndose debajo de una piedra podrán evadir la justicia”.
Camila Acosta fue detenida en julio de 2021, tras cubrir las protestas del 11J y posteriormente sometida a reclusión domiciliaria durante más de diez meses, acusada de "desórdenes públicos" e "instigación a delinquir".
Durante este período, Acosta denunció el constante acoso de la Seguridad del Estado, incluyendo vigilancia permanente frente a su vivienda y restricciones a su libertad de movimiento. En noviembre de 2021, tras 118 días de reclusión domiciliaria, informó que la vigilancia se había vuelto más agresiva, con agentes de la Seguridad del Estado y policías monitoreando sus actividades las 24 horas.
En mayo de 2022, las autoridades cerraron su caso y le impusieron una multa de mil pesos, permitiéndole recuperar su libertad de movimiento. Sin embargo, el hostigamiento continuó, con episodios como el sitio de su vivienda por parte de la Seguridad del Estado en abril de 2022.
En este 2024 que está por concluir, la represión contra periodistas independientes en Cuba se ha intensificado desde mediados de año, con el gobierno utilizando tácticas de tortura psicológica y coerción para desarticular iniciativas críticas al régimen. Estas acciones incluyen amenazas, decomisos y extorsiones; buscan forzar renuncias y obtener "confesiones" de los periodistas.
El régimen cubano utiliza un marco legal represivo para criminalizar el periodismo independiente. Entre las leyes aplicadas están el artículo 143 del Código Penal, que acusa de "mercenarismo" a quienes reciben fondos externos asó como los Decretos Ley 370 y 35. Además, la reciente Ley de Comunicación Social restringe aún más la libertad de expresión al reconocer solo medios vinculados al Partido Comunista.
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