Tras una fuerte arremetida de internautas y comunicadores en las redes sociales, dos cubanos, Midiala Ortiz Azcuy y su hijo, quienes estuvieron cinco días durmiendo el portal de un cine en Regla, fue acogida en los días finales de septiembre en una de las oficinas de la Dirección Municipal de Vivienda. Esa medida, aclara, es momentánea hasta que aparezca una vivienda.
"Con la presión que ejercí mediante mis denuncias a la prensa y mis constantes visitas a la sede municipal del Partido Comunista, conseguí que me pusieran en una oficina. Las condiciones son aceptables y me tratan bien. Me dijeron que me tendrían allí hasta que me puedan dar un techo", señala Ortiz Azcuy, sin ofrecer más detalles.
Esta cubana de 52 años junto a su hijo de 25, quien padece de problemas psiquiátricos, se había visto obligada a dormir en la calle a mediados de septiembre ante la pérdida total de su casa en mayo de este año. Ambos estuvieron cuatro meses acogidos en casa de unas amistades, pero el tiempo pasaba, su caso no tenía solución y la familia en cuestión les planteó que debían salir de allí.
Según cuenta Midiala, su mamá solicitado en el 2013 un subsidio al gobierno para reconstruir la casa donde vivían, pero la lentitud de las reparaciones junto a la falta de materiales de construcción, imposibilitaron que esta familia pudiera avanzar en la reparación durante más de un lustro. Este año, el techo de madera de la vivienda terminó por derrumbarse y la casa quedó totalmente inhabitable. En 2023 su madre falleció y el gobierno canceló el subsidio otorgado.
"Ellos dicen que mi casa está en el plan de construcción para el próximo año, pero mientras ¿dónde vivo, dónde están las autoridades para que me den un techo digno mientras llego a tener una casa habitable?", cuestionó esta cubana a la publicación Diario de Cuba.
La solución temporal de poner personas o familias en oficinas gubernamentales no habilitadas para ese fin es una vía cada vez más común en la Isla, sobre todo en la capital del país, ante la falta de viviendas y el colapso total de los 104 albergues que existen en La Habana.
La política de vivienda y el programa de producción local de materiales de la construcción del Gobierno cubano muestran retrocesos este año en todas las provincias y al cierre de agosto solo se habían concluido 5.262 viviendas, apenas el 39% del plan.
El déficit habitacional constituye uno de los problemas que más golpean a los cubanos y que el gobierno no ha sido capaz de solucionar en décadas. El deplorable estado de las edificaciones añade más presión a la situación. Los frecuentes derrumbes, ya sea por fenómenos meteorológicos o por la antigüedad de las edificaciones sin mantenimiento constructivo, arrojan a decenas de familias a albergues o situaciones de hacinamiento cada año.
Lo otro que habría que preguntarse es, por un lado, el número de viviendas vacías, sin dueños, que la dictadura "reserva" para casos especiales (amantes, chivatos, etc); por el otro, las que se construye la cúpula de poder como la de Mariela Castro Espín, en carrera desenfrenada por poder y riquezas en un país que tiene hambre y no tiene luz.
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