El presidente electo Donald Trump está considerando seriamente al gobernador de Florida, Ron DeSantis, como candidato para ocupar el cargo de secretario de Defensa, según informaron fuentes cercanas al equipo de transición. Este posible cambio ocurre en medio de la incertidumbre sobre la nominación de Pete Hegseth, quien enfrenta acusaciones relacionadas con consumo excesivo de alcohol y comportamiento inapropiado hacia mujeres.
DeSantis, quien recientemente abandonó la carrera presidencial republicana para respaldar a Trump, ha emergido como un fuerte contendiente. Según las fuentes, Trump y DeSantis discutieron directamente la posibilidad de que el gobernador ocupe el liderazgo del Pentágono. "El presidente electo quiere que lo haga", afirmó una persona familiarizada con las conversaciones.
La nominación de Hegseth, inicialmente considerada sólida, se ha debilitado debido a la oposición de al menos seis senadores republicanos que han manifestado sus dudas sobre su historial. Aunque Hegseth ha negado las acusaciones, su futuro en el gabinete de Trump parece incierto.
Ron DeSantis, quien tiene experiencia militar como oficial de la Marina y veterano de la guerra de Irak, ofrece una credibilidad significativa en asuntos de defensa. Sin embargo, otros nombres también están siendo considerados para el puesto, incluidos los senadores Joni Ernst y Bill Hagerty, así como el representante Mike Waltz.
Joni Ernst, senadora por Iowa, cuenta con un sólido historial militar, habiendo servido en la Reserva del Ejército y alcanzado el rango de teniente coronel. Por su parte, Bill Hagerty, exembajador en Japón, carece de experiencia militar, pero su trabajo diplomático bajo la administración de Trump lo convierte en una opción viable. Mike Waltz, un congresista de Florida y asesor de seguridad nacional designado, también está en la lista de posibles candidatos.
La consideración de DeSantis para este puesto marca un giro interesante en la relación entre él y Trump. Aunque el gobernador de Florida fue un rival en las primarias republicanas, su respaldo al expresidente tras retirarse de la contienda refleja una reconciliación política. A pesar de los roces previos, Trump parece dispuesto a confiarle un puesto clave en su gabinete.
Mientras tanto, el proceso de selección continúa siendo un tema de gran atención, ya que el liderazgo del Departamento de Defensa será crucial para abordar los desafíos de seguridad nacional durante el próximo mandato de Trump. Aunque no se ha tomado una decisión final, las discusiones en curso subrayan la importancia de asegurar un candidato que no solo tenga el respaldo político necesario, sino también la experiencia para manejar las complejidades del Pentágono.
Este posible cambio en el gabinete ocurre en un contexto de tensiones dentro del Partido Republicano, con voces divididas sobre las decisiones de Trump. La elección del próximo secretario de Defensa será vista como un reflejo de las prioridades y la estrategia de la nueva administración en los meses por venir.
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