Otrora centro recreativo priorizado por la familia cubana, el Zoológico de 26 en La Habana, se encuentra muy lejos de sus mejores tiempos. Las instalaciones, que en su momento fueron un orgullo para la ciudad, ahora evidencian un abandono que preocupa tanto a los visitantes como a los trabajadores del lugar. Al recorrer el zoológico es evidente el deterioro de las jaulas, muchas de las cuales presentan oxidación y falta de mantenimiento; a ello se suman estanques vacíos, áreas destinadas al público con bancos rotos, basura acumulada y caminos en mal estado.
La vegetación, que debería ser un elemento de atracción, se encuentra descuidada y en algunos casos invade los espacios destinados para los animales. Quizás lo peor no sea eso sino el pésimo estado de los animales. Algunos ejemplares muestran signos de desnutrición y estrés, mientras que otros han desaparecido de las exhibiciones, según denuncian los propios visitantes. Esto ha generado críticas sobre la capacidad del zoológico para garantizar el bienestar de las especies que alberga.
Las causas del deterioro son múltiples: la falta de recursos económicos para el mantenimiento y la alimentación de los animales es uno de los factores principales.
En mayo fue noticia incluso que un mono se escapó del Zoológico... ¡y es que hasta los monos desean abandonar la Isla! Videos difundidos en redes mostraron al monito caminando por la Avenida 26, siendo custodiado por un perro de la calle.
El pasado año, un youtuber cubano denunció la escasez y el maltrato que sufren los animales en el Zoológico de 26, pues tras recorrer la amplia instalación pudo constatar que los pocos ejemplares que aún se encuentran allí estaban desnutridos y algunos, incluso, no tenían ni agua. En noviembre de 2022 otro reporte del popular zoológico mostraba la crisis de las instalaciones.
El Zoológico de 26 se inauguró en el año 1939. En sus orígenes tuvo una proyección conservacionista, científica y pedagógica, pero en la actualidad es un recinto que recibe continuas denuncias de sus usuarios por falta de higiene, mal estado de conservación del jardín, deterioro del estado físico de los animales y altos precios.
El zoo de 26 solo refleja la realidad que vive el pueblo cubano. Para mejorar esta situación sería necesario un compromiso gubernamental serio para invertir en su mantenimiento y cuidado de los animales. Implementar programas de conservación y buscar alianzas internacionales podría ser clave para revertir el deterioro actual y garantizar el bienestar de las especies... Y eso ¡eso no va a ocurrir! al menos mientras Pinocho y su pandilla estén en el poder.
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