En un giro político significativo, el Senado de Estados Unidos votó 84 a 9 para avanzar con el debate sobre el proyecto de ley conocido como “Laken Riley”. La propuesta, que exige la detención y eventual deportación de inmigrantes indocumentados acusados de ciertos delitos menores, cuenta con un apoyo bipartidista, reflejando una creciente preocupación por la crisis migratoria.
El proyecto lleva el nombre de Laken Riley, una joven estudiante de enfermería asesinada en 2022 por un migrante venezolano que había sido arrestado previamente por robo y liberado bajo libertad condicional. El caso generó indignación y fue usado como un punto central en las elecciones que consolidaron la mayoría republicana en el Congreso.
Aunque el Partido Demócrata perdió el control del Senado en las últimas elecciones, 31 de sus senadores, incluidos copatrocinadores como John Fetterman (Pensilvania) y Rubén Gallego (Arizona), votaron a favor de iniciar el debate. Entre ellos, Raphael Warnock (Georgia) argumentó que los ciudadanos “quieren soluciones a los desafíos migratorios”.
El líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, destacó que su voto no garantiza el respaldo final al proyecto de ley, pero señaló la importancia de abrir un espacio para el debate y la posibilidad de introducir enmiendas bipartidistas.
La iniciativa amplía las facultades del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), obligándolos a detener a migrantes indocumentados acusados de delitos como robo, hurto o allanamiento de morada. Además, establece que los estados puedan demandar al gobierno federal si demuestran que los migrantes en situación irregular han causado daños en sus jurisdicciones.
El proyecto también responde a críticas previas por la falta de controles efectivos en el sistema migratorio, un tema que ha sido un punto de ataque recurrente contra la administración de Joe Biden.
El apoyo demócrata a la medida refleja una estrategia más moderada tras las elecciones, en contraste con el rechazo frontal que el partido había mostrado durante el mandato de Donald Trump. Esta nueva postura busca equilibrar las demandas de los votantes, quienes, según encuestas recientes, ven la crisis migratoria como un tema prioritario.
Mientras continúa el debate legislativo, la iniciativa Laken Riley pone de manifiesto el delicado balance político entre las preocupaciones por la seguridad pública y los derechos de los inmigrantes. Su aprobación podría marcar un cambio importante en la política migratoria de Estados Unidos.
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