El Año Nuevo Lunar Chino es una festividad que es celebrada en Cuba, específicamente en el barrio chino de la capital. “Las primeras migraciones chinas a nuestro país que recibieron un trato casi esclavizador por parte de los terratenientes españoles a finales del siglo XIX dieron lugar a que muchos chinos se alistasen a las filas independentistas cubanas. 

El devenir del siglo XX trajo una segunda oleada de inmigrantes, quienes fundan comunidades y asociaciones, las cuales se encargaron de mantener vivas las tradiciones entre sus miembros, sobre todas aquellas costumbres típicas heredadas de sus ancentros. 

Más allá de Cuba, el año nuevo lunar se ha convertido en un evento de relevancia mundial y específicamente, en el barrio chinco de La Habana, dragones y leones toman las calles acompañados de la melodiosa y dulce música china.

El Instituto Confucio de la Universidad de la Habana, la Escuela Cubana de Wushu, la Asociación Nacional Min Chih Tang y los restaurantes familiares que abundan en el callejón de Zanja se unen a la festividad, que nadie condena si no fuera por la penosa situación que pesa sobre la Isla.

Así las cosas, aunque Liz Cuesta desconozca estas costumbres, ahí la tienen en medio de personalidades, buscando un viajecito a Beijing, enfrascada de lleno en los manjares del país asiático, sus bebidas y la "buena" compañía del embajador.

Increíble pero cierto que esta mujer no se pierda una, mientras el pueblo agoniza de hambre; ese pueblo que no pudo festejar ni su año nuevo y que solo fue "premiado" con una botella plástica de ron de pipa.

¿Qué hay detrás de esta celebración? Quedar bien con los chinos, sin importar la miseria del cubano de a pie. Mientras siguen los apagones, la escasez, la miseria y la represión, la NO primera dama castrista celebraba en la capital cubana el inicio del Año Lunar Chino...

¡Más circo que pan! Informa LaTijera

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