El influencer cubano Nelson Álvarez, más conocido como El Porfiao, dedicó un emotivo poema a su padre. En el texto expresó la cruda realidad que están viviendos los ciudadanos en el país.
"A mi Padre: Llueve, llueve, no deja de llover, no sólo en mi Habana, esa ya andaba triste, llueve en mi corazón, en mis ilusiones, en mis sueños, en aquello que parecía eterno y resultó efímero".
"Llueve, hay una tormenta en mis recuerdos, en mis fantasmas y vacíos. Llueve en mi confianza, en el futuro que se me antoja incierto, en el dolor que me provocan pasados errores. Llueve en mi tímida y discreta esperanza, en los consejos que por desoídos hoy me pasan factura".
"Se mojan mis calles pero se me inunda el alma con esa tormenta que aún en el más radiante de los días me lacera. Llueve, amigos, en mis años, en cada una de mis canas y cicatrices, en la 'locura' que atribuyen a los incomprendidos o inadaptados por buscar el sol entre las hojas muertas. Llueve porque culpé a la suerte de mis infortunios y no a mis dislates, porque no supe ser joven o lo fui demasiado, quizás simplemente por no ser como otros querían".
"Llueve sobre mis utopías y escepticismos, caen gotas como lanzas encima del estoicismo que tanto me ha costado, sobre las deudas que con él contraje".
"Llueve en mi realidad traducida en el despropósito al que te empuja la amputación de tus perspectivas, sobre mis discordancias e irreverencias a lo que considero abyecto o despreciable".
"Un diluvio sobre ese amor clandestino, intempestivo al que con oficiosidad delató".
"Como dijo Charlot: 'me gusta caminar bajo la lluvia porque nadie puede ver mis lágrimas'... pero yo, EL PORFIAO, espero que las huellas de mis anegados pasos no se evaporen tan fácilmente, más que un adeudo es un compromiso para con tu nombre".
"Llueve y como tú un día, veo a mi gente deambular mojada sin apenas notarlo, sin intentar siquiera secarse. Era tu sentir lo que yo siento ahora, después que crecí".
"Llueve y me empapa la angustia que acarrea reconocer mis desaciertos, llueve en mi fragilidad incontrolable, en la últimas palabras de mi padre... 'Perdóname, hijo mío', sin saber que él era mi paradigma".
"¡Te debo tanto! Más allá de mi espíritu contestatario, te debo los valores que procuro mantener a buen recaudo: la honra, la dignidad, la ética y el decoro del que habló (José) Martí".
"Llueve en la insoportable vacuidad de mi existencia, llueve y hace mucho ruido en lo que no logro comprender, en lo que defiendo. Llovió en mi juventud y aún continúo bajo el vendaval. Llueve, llueve, llueve, aún llueve padre mío", concluyó El Porfiao en su grupo de Facebook.
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