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Trump sostiene un acalorado diálogo con la primera ministra de Dinamarca por Groenlandia

Redacción de CubitaNOW ~ sábado 25 de enero de 2025

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La reciente tensión entre el expresidente estadounidense Donald Trump y la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, ha captado la atención internacional debido a una controvertida propuesta de compra de Groenlandia. Fuentes europeas citadas por el Financial Times revelaron que una llamada entre ambos líderes fue particularmente tensa, destacándose por el tono confrontativo del expresidente.

Durante una conversación de 45 minutos, Frederiksen reafirmó que Groenlandia, una región autónoma de Dinamarca, "no está en venta", lo que habría provocado una reacción agresiva por parte de Trump. Según un alto funcionario europeo, "el tono de Trump fue inusualmente hostil, dejando claro su interés estratégico en la región".

El gobierno danés, sin embargo, desestimó estas interpretaciones y señaló que Frederiksen simplemente reiteró las declaraciones de Múte B. Egede, líder groenlandés, quien también reafirmó que la isla no está en venta. Egede subrayó que Groenlandia tiene derecho a decidir sobre su futuro y que sus ciudadanos no desean ser "ni estadounidenses ni daneses". Sin embargo, se mostró dispuesto a explorar nuevas oportunidades de cooperación con Estados Unidos.

La propuesta de compra de Groenlandia no es nueva en la historia política de Estados Unidos, pero ha sido recibida con escepticismo tanto en Dinamarca como en Europa. Groenlandia, la isla más grande del mundo, cuenta con una ubicación estratégica en el Ártico y una gran riqueza mineral. No obstante, sus recursos siguen siendo difíciles de explotar debido a las condiciones extremas y los altos costos de extracción.

Trump también habría sugerido la posibilidad de imponer aranceles selectivos contra Dinamarca si no se avanzaba en sus planes respecto a Groenlandia. Aunque estas declaraciones fueron rechazadas por el gobierno danés como "rumores infundados", evidencian la creciente importancia estratégica de esta región para Estados Unidos, especialmente en el contexto de la creciente influencia de China y Rusia en el Ártico.

Groenlandia, con apenas 56.000 habitantes y un territorio cubierto en su mayoría por hielo, goza de un estatuto de autonomía desde 2009. A pesar de que muchos groenlandeses respaldan la idea de la independencia, la dependencia económica de Dinamarca sigue siendo un obstáculo. Aproximadamente la mitad de su presupuesto proviene de subsidios daneses, mientras que los intentos de desarrollar su economía a través de la minería y la exploración petrolera han tenido resultados limitados.

El área sigue siendo un punto clave en el tablero geopolítico global, donde intereses económicos y estratégicos se entrelazan, y donde la diplomacia sigue siendo crucial para evitar tensiones mayores entre naciones."La primera ministra se ha remitido en la conversación a las declaraciones del presidente autonómico Múte B. Egede de que Groenlandia no está en venta y ha afirmado que es la propia Groenlandia la que decide sobre su independencia", dijo el gobierno danés en un comunicado el pasado 15 de enero. 

Igualmente, Egede se mostró abierto a negociar con Estados Unidos y dijo haber "iniciado un diálogo y empezado a explorar las posibilidades para cooperar con Trump", pero resaltó que la isla "no está en venta".

"Nuestro país y nuestra población son los que decidirán qué va a ocurrir. Otros países no pueden decidir qué haremos", afirmó Egede días atrás, y reiteró que los groenlandeses no quieren ser "ni estadounidenses ni daneses".

Antes de su llegada a la Casa Blanca, Trump dijo que no descartaría el uso de la fuerza militar o de sanciones económicas para hacerse con Groenlandia, unas declaraciones matizadas posteriormente por su ahora vicepresidente, J.D. Vance.

Estados Unidos posee una base en el norte de la isla, en virtud de un amplio acuerdo de defensa con Dinamarca firmado hace siete décadas y que incluye la posibilidad de aumentar la presencia militar estadounidense.

La mayoría de partidos y de la población defienden la separación de Dinamarca, pero la mitad del presupuesto de la isla depende de la ayuda anual de Copenhague y los intentos por aumentar los ingresos con su riqueza mineral y petrolera han fracasado de momento por las dificultades y el elevado costo de extracción.

(Con información de EFE)


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