Todo fenómeno natural en Cuba tiende a agravarse debido a la falta de mantenimiento y al estado deteriorado de infraestructuras. Este fue el caso nuevamente en la esquina de 3ra y 12 en el Vedado capitalino, donde las intensas lluvias provocaron terribles inundaciones este miércoles al filo de la medianoche, según nos dice Alberto Sevila en su perfil de Facebook.

El sistema de drenaje pluvial de La Habana, diseñado para una población de 600,000 habitantes y construido entre 1905 y 1915, se encuentra sobrecargado y deteriorado. En sus mayores cuencas, este sistema puede drenar 63 metros cúbicos de agua por segundo, pero la creciente urbanización y la falta de mantenimiento adecuado han disminuido su eficiencia. Así, en situaciones de lluvias intensas, su respuesta es insuficiente.

La acumulación de basura en las calles, que termina obstruyendo los tragantes (el primer punto del sistema de drenaje), también contribuye significativamente a las inundaciones. Además, el gobierno no gestiona adecuadamente la reparación de salideros ni los problemas con el alcantarillado. La falta de combustible limita la disponibilidad de servicios esenciales, lo que agrava la situación de escuelas, círculos infantiles y hospitales.

En septiembre de 2023, el huracán Idalia causó estragos en varias provincias cubanas, especialmente en Pinar del Río, donde los derrumbes de viviendas y edificios históricos fueron numerosos debido al deterioro preexistente de estas estructuras. La tormenta dejó sin electricidad a gran parte de la región occidental del país durante varios días.

Un ejemplo adicional ocurrió en noviembre de 2023 cuando una tormenta tropical azotó Santiago de Cuba, causando deslizamientos de tierra en áreas montañosas y dejando varias comunidades aisladas. La falta de mantenimiento de las carreteras rurales dificultó enormemente las tareas de rescate y asistencia.

En Camagüey, en octubre de 2023, una fuerte tormenta provocó el colapso de varios edificios antiguos en el centro histórico de la ciudad. Los residentes denunciaron que las autoridades no habían realizado inspecciones ni reparaciones necesarias en estos inmuebles a pesar de las repetidas quejas.

La situación también es crítica en el ámbito rural. En agosto de 2023, una tormenta severa en Villa Clara causó inundaciones que destruyeron cultivos y dejaron a cientos de familias sin acceso a agua potable. La infraestructura agrícola y de suministro de agua, ya en mal estado, no pudo resistir el impacto del fenómeno climático.

Estos ejemplos demuestran que Cuba no está preparada para enfrentar tormentas tropicales ni otros fenómenos naturales, aunque no sean de las más poderosas en su paso por la Isla.

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