Los Leñadores de Las Tunas que representan a Cuba en la Serie de las Américas superaron por margen de una carrera, 5x4 a los panameños. En el triunfo fueron decisivos los relevos de Andy Vargas y Alberto Pablo Civil mientras que en la ofensiva brillaron los maderos de Yuniesky Larduet y Guillermo Avilés.

Tras el revés sufrido la víspera, los Leñadores se enfrentaron a un equipo que llegaba inspirado luego de apabullar a la débil Argentina. Representado en la Serie de las Américas por las Águilas Metropolitanas, Panamá confió el montículo a Harold Arauz, un derecho con tres salidas previas exitosas contra Cuba y cuya fortaleza radica en sus lanzamientos rompientes. Sin embargo, antes de que Arauz lanzara su primer envío, su equipo ya contaba con ventaja mínima, cortesía de un error grave del receptor Rafael Viñales, quien había sido incluido en la alineación para supuestamente fortalecer la defensa detrás del plato.

Pero el 25 de enero no sería la noche de Arauz. En la misma primera entrada, Yoelkis Guibert niveló el marcador con un cuadrangular, y en la siguiente, Guillermo Avilés, también zurdo, puso adelante a los cubanos con otro bambinazo en solitario. Poco después, Yuniesky Larduet, en un momento inspirado, conectó un batazo que cayó en terreno libre, remolcando a dos compañeros y colocando un momentáneo 4×1 en la pizarra.

Los panameños no se quedaron de brazos cruzados. En la parte baja del tercer episodio lograron recortar la diferencia, obligando al manager cubano a retirar al abridor Raymond Figueredo, quien fue relevado por su coterráneo Andy Vargas. El duelo se tornó cerrado, elevando la tensión en el estadio y entre la afición insular.

Un error del shortstop panameño, cuyas limitaciones defensivas ya se habían hecho evidentes, permitió a los tuneros sumar otra carrera. En ese momento, todas las esperanzas cubanas se depositaron en el joven Vargas, quien nuevamente demostró su valía desde el bullpen. El talentoso lanzador trabajó 3.1 entradas de calidad, permitiendo solo un hit, otorgando dos boletos y ponchando a cuatro rivales.

En la trinchera opuesta, Jorge García también hizo lo suyo, manteniendo a raya a los cubanos con su efectiva recta lateral que alcanzaba las 90 millas y era igualmente eficaz contra zurdos y derechos. Así, con el marcador 5×3, se llegó al llamado "lucky seven".

Para ese séptimo inning, el manager Pantoja trajo al zurdo Geonel Gutiérrez, quien se complicó sin recibir batazos contundentes. Un toque de bola, un error del campocorto Baldoquín en un rodado de rutina y una base por bolas llenaron las bases de jugadores panameños. Aunque un elevado al jardín derecho impulsó una carrera y la situación pareció aliviarse tras sorprender a un corredor en primera base, otro boleto decretó la salida de Gutiérrez. Fue entonces cuando entró en acción Alberto Pablo Civil, el apagafuegos natural de los Leñadores.

Veterano de 13 temporadas en el béisbol doméstico, Civil consiguió el out crucial en ese inning, trabajó impecablemente el octavo y volvió a subir al montículo en el noveno para asegurar un valioso punto por salvamento. Con su actuación, dejó a Cuba con un balance de 1-1 en la ronda preliminar de esta naciente Serie de las Américas.

El próximo reto para los cubanos será enfrentar a los Curaçao Goats, equipo que debutó con una victoria ajustada de 5×4 frente a los Caimanes de Barranquilla y que, al momento de publicarse este reporte, disputaba su segundo juego contra los anfitriones, los Leones de León.

Yordanis Alarcón en segunda base tras conectar un doble.

LAS CARAS DEL JUEGO

• Positiva: La capacidad de Yuniesky Larduet para adaptarse a los envíos y dirigirlos según las circunstancias. Un primer bate de nivel superior a la competencia.
• Negativa: Por segundo día consecutivo, el pitcheo abridor cubano no logró completar siquiera un tercio de juego.
• Preocupante: Los receptores cubanos (Alarcón y Viñales) han sido incapaces de evitar que los rivales les roben bases con total libertad. El saldo es alarmante: cuatro intentos, cuatro robos exitosos.
• Recomendable: Considerar darle la mascota a Nelson Batista, al menos para los episodios finales, si no como titular.

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