Sandro Castro, nieto del fallecido Fidel Castro y autoproclamado "joven revolucionario", no deja de sorprender. Esta vez, el polémico empresario y dueño del exclusivo Bar EFE en La Habana encendió las redes sociales con un mensaje de fin de año que muchos calificaron de insensible, por no decir descarado.
En un video publicado el 31 de diciembre en Instagram, Sandro proclamó: "Quiero dar grandes felicitaciones a todos mis seguidores, mis amigos y mis cubanos, por este fin de año. Les deseo que beban como si no hubiese un mañana, ya que amaneceremos en un 2025 lleno de éxitos, salud, felicidad y muchísima alegría".
El mensaje, con un tono digno de influencer tropical, llegó pocas semanas después de que Sandro celebrara su cumpleaños con una fiesta que él mismo denominó "la más grande en años". La celebración, organizada en su bar privado, incluyó lujos que contrastan con la realidad de millones de cubanos que lidian con apagones, escasez de alimentos y una economía en caída libre.
¿Desconexión o descaro?
No es la primera vez que Sandro Castro está en el ojo del huracán. Su estilo de vida ostentoso y su aparente falta de empatía con la crisis que vive el pueblo cubano han hecho de él un blanco constante de críticas. Esta última felicitación no fue la excepción: usuarios en redes sociales la interpretaron como una burla, mientras recordaban que muchos no tuvieron ni agua potable, mucho menos ron, para recibir el 2025.
“Sandro nos dice que bebamos como si no hubiese un mañana, pero con el salario promedio de un cubano apenas alcanza para comprar un refresco de sobre”, comentó un usuario en Twitter. Otro fue más sarcástico: “Claro, Sandrito, mientras tú brindas con champán en tu bar, yo estoy aquí contando cuántas velas me quedan para sobrevivir al próximo apagón”.
El "revolucionario" de fiestas y lujos
A pesar de sus frecuentes referencias a la "revolución" en sus publicaciones, Sandro parece encarnar más un espíritu capitalista que revolucionario. Su bar, Bar EFE, es conocido por ser un espacio exclusivo, frecuentado por una élite que contrasta fuertemente con la precariedad de la mayoría.
Mientras muchos cubanos ven en Sandro el epítome de la desconexión de las élites gobernantes, otros se limitan a tomarse su actitud a broma. “Es que si no nos reímos, lloramos”, comentó un joven habanero en Facebook.
El eterno debate sobre los privilegios
El caso de Sandro Castro no es nuevo, pero siempre encuentra la forma de reavivar el debate sobre los privilegios de los herederos del poder en Cuba. En un país donde la narrativa oficial insiste en la igualdad, figuras como Sandro parecen un recordatorio constante de que, incluso en un sistema socialista, algunos son más iguales que otros.
Con su peculiar felicitación, Sandro no solo cerró el 2024 con polémica, sino que abrió el 2025 como tendencia. Tal vez ese sea su verdadero “éxito”.
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