Ricardo Rodríguez González, ex presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), se ha convertido en un ejemplo claro de cómo el servilismo y la falta de principios pueden dejar marcas indelebles en la memoria de una comunidad.
Durante su mandato, Rodríguez enfrentó las históricas protestas por las tarifas de ETECSA en junio de 2025, un momento crucial para los estudiantes que buscaban ser escuchados. Sin embargo, lejos de respaldar a quienes lo eligieron para representarlos, el joven dirigente optó por justificar la actuación de la FEU dentro de los canales oficiales y elogiar las explicaciones del entonces presidente Miguel Díaz-Canel, atribuyendo los conflictos a supuestos "enemigos externos".
Esta postura le granjeó el rechazo inmediato de amplios sectores del estudiantado. Facultades como Humanidades y Biología de la Universidad de La Habana exigieron su renuncia, señalando que Ricardo no representaba los intereses de quienes confiaron en él. Su comportamiento fue interpretado como un acto de traición hacia sus propios compañeros, una actitud que muchos consideran no solo servil sino desleal.
A pesar de las críticas, Ricardo Rodríguez logró graduarse en Medicina en Camagüey, un "logro" que algunos cuestionan debido a la percepción de favoritismo y protección institucional, según la nota publicada en el perfil del periodista José Luis Tan. Su trayectoria ahora genera dudas sobre la verdadera vocación detrás de su carrera: ¿fue estudiante o simplemente alguien acostumbrado a navegar entre privilegios otorgados por la alineación con el poder?
Tras su renuncia como presidente de la FEU y miembro del Consejo de Estado, Rodríguez parece encaminado a un futuro incierto. Amigos y conocidos comentan que podría intentar emigrar, buscando escapar del rechazo que dejó en Cuba, aunque no hay claridad sobre si ejercerá la medicina o continuará en un entorno protegido por su cercanía al poder.
Sobre esto la repercusión en las redes no se hizo esperar; así Bell Pi expresó: "Ese va que se mata para otro país, él sabe que aquí nadie lo quería como presidente de la FEU, y después de salir de allí... no sé si lo seguirán protegiendo. Dudo mucho que ejerza de médico".
Lisset Fernandez: "¿ Y tu crees que ese es el único"; Jhonier Christopher Spada: "Ese no regresa para Camagüey jajajaja se quedará en la Habana.
Ernesto Pino: "De esos mata sanos hay muchos graduados, se puede ser inteligente pero amar una carrera es algo diferente"; Obbara Ogbe: " Que lo manden hacer servicio social a la Sierra Maestra" .
Eugenia Rodriguez "Lo triste es que Cuba y el extranjero están llenos de Ricardo. Conocí en Chile unos muy buenos y otros que se veía que les habían regalado las notas, y eso es muy triste, porque en la Medicina, los fallos cuestan vidas humanas."
La historia de Ricardo Rodríguez sirve de advertencia sobre los riesgos de priorizar la conveniencia sobre la integridad, y sobre cómo los actos de servilismo pueden cerrar puertas en la propia comunidad.
Ricardo Rodríguez será recordado no por sus logros académicos ni por su liderazgo, sino por la sensación de traición que dejó en quienes esperaban de él compromiso y valentía. Su caso despierta un debate profundo sobre la responsabilidad de los líderes estudiantiles y el precio de someterse a estructuras de poder que no siempre coinciden con los principios de justicia y solidaridad.
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