Un fuerte sistema de tormentas y tornados azotó el Medio Oeste y el Sur de Estados Unidos el pasado fin de semana, dejando un saldo de al menos 42 muertos y miles de damnificados. Vientos extremos, lluvias torrenciales e incendios forestales afectaron a múltiples estados, mientras que el Noreste experimentó intensas precipitaciones y riesgo de inundaciones.

Las condiciones meteorológicas extremas cobraron vidas en varios estados: tres fallecidos en Alabama, tres en Arkansas, 12 en Missouri, cuatro en Oklahoma, ocho en Kansas, seis en Mississippi, dos en Carolina del Norte y cuatro en Texas, según un recuento de NBC News.

Uno de los incidentes más trágicos ocurrió en Carolina del Norte, donde dos niños, de 11 y 13 años, murieron al ser aplastados por un árbol que cayó sobre su caravana. Otros familiares que estaban en la vivienda lograron salir ilesos.

El fenómeno incluyó al menos ocho tornados confirmados en Mississippi, un tornado EF-1 en Georgia y un potente EF-4 en Arkansas con vientos de hasta 190 mph, causando severos destrozos en casas, negocios e infraestructura. En Alabama, un autobús escolar fue lanzado sobre el techo de una secundaria debido a la fuerza del viento.

Las tormentas también dejaron sin electricidad a más de 120.000 personas el lunes por la mañana, principalmente en Pensilvania, Missouri, Nueva York, Virginia Occidental y Carolina del Norte, según PowerOutage.US.

Además, incendios forestales devastaron Texas y Oklahoma, cobrando cuatro vidas. En Kansas, una tormenta de polvo provocó un choque múltiple que dejó al menos ocho muertos.

A pesar de que la tormenta ha perdido fuerza, el sistema sigue avanzando hacia el este, con fuertes lluvias en el noreste del país. Se han emitido alertas de inundación en Nueva York y Nueva Inglaterra debido al deshielo y precipitaciones adicionales.

Mientras tanto, en la costa oeste, se esperan nevadas intensas en Sierra Nevada y ráfagas de viento de hasta 96 km/h. También hay alto riesgo de incendios en las Grandes Llanuras y Florida, con condiciones extremadamente secas que podrían avivar nuevos focos.

El impacto de estas tormentas ha sido devastador, dejando un rastro de destrucción y dolor en varias comunidades del país. Autoridades y servicios de emergencia continúan evaluando los daños y prestando asistencia a los afectados.

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