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Periódico oficialista 'Granma' insta al pueblo a enfrentar la delincuencia que el Gobierno no puede controlar

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 2 de diciembre de 2024

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La creciente delincuencia en Cuba se ha convertido en un problema alarmante que refleja tanto la incapacidad del gobierno para garantizar la seguridad ciudadana como las profundas fracturas sociales que atraviesa el país. Mientras el oficialista Granma convoca al pueblo a un "Ejercicio Nacional de Prevención y Enfrentamiento" contra el delito, los ciudadanos ven con escepticismo y desconfianza estas iniciativas, especialmente cuando las mismas fuerzas del orden han sido responsables de reprimirlos brutalmente por ejercer su derecho a exigir cambios y justicia.

En lugar de implementar estrategias reales para combatir el crimen, el gobierno cubano recurre nuevamente al discurso propagandístico. Al llamar al pueblo a participar en la lucha contra el delito, se delega una responsabilidad que, en cualquier país funcional, recae en las instituciones de seguridad y justicia. Sin embargo, en Cuba, estas instituciones están más enfocadas en perseguir opositores y disidentes que en proteger a los ciudadanos comunes.

El aumento de delitos como robos, agresiones y homicidios es palpable en todo el país. Las calles, barrios y comunidades que alguna vez fueron relativamente seguras, ahora se enfrentan a una inseguridad constante que afecta la tranquilidad ciudadana. Esta situación ha generado un clima de descontento, agravado por la falta de resultados en el control del crimen y la corrupción, fenómenos que incluso involucran a actores dentro del propio aparato estatal.

El llamado del gobierno a los ciudadanos para que se integren a tareas de vigilancia, como en los tiempos de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), contrasta con el uso represivo de esas mismas organizaciones contra quienes cuestionan al sistema. Es paradójico que se pida la cooperación del pueblo para enfrentar la delincuencia, mientras se ignoran sus derechos básicos, como el acceso a la justicia y la protección frente a la violencia de las autoridades.

La raíz de la creciente criminalidad en Cuba no radica únicamente en la supuesta "desviación social" de ciertos individuos, como pretende simplificar el discurso oficialista. La crisis económica, el desabastecimiento y la desesperanza social son factores clave que han empujado a muchos a cometer actos delictivos. Sin empleo digno, oportunidades reales ni acceso a bienes básicos, el panorama para gran parte de la población es desolador.

En lugar de abordar estas causas estructurales, el gobierno opta por medidas superficiales y propagandísticas. Mientras tanto, el pueblo enfrenta un doble desafío: sobrevivir a la pobreza y protegerse de un sistema que, en teoría, debería salvaguardar su bienestar.

El pueblo cubano necesita algo más que llamados vacíos y ejercicios simbólicos. Requiere un sistema de justicia funcional, transparente y orientado a proteger a los más vulnerables. La lucha contra la delincuencia no puede ni debe recaer únicamente en los ciudadanos, especialmente cuando son víctimas de un sistema ineficaz y represivo.

Hasta que el gobierno cubano no tome medidas concretas para atacar las causas reales de la delincuencia, como la desigualdad, la falta de oportunidades y la corrupción, cualquier intento de "respuesta contundente" será una solución de fachada. Mientras tanto, el pueblo sigue enfrentándose, en soledad, a una delincuencia que crece cada día y a un gobierno más interesado en mantener el control que en garantizar su seguridad.






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