'No tengo útero': madre cubana cuenta la pesadilla que vivió en La Habana por una cesárea

Alberto Arego ~ lunes 27 de marzo de 2023

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"Hace solo una semana estoy en mi casa con mi niña. Pasé todo un mes en el proceso. Curas a sangre fría y todo traído de afuera porque aquí no ahí nada de nada de nada, ni siquiera guantes", dijo este lunes Vanessa Palomino, una madre cubana al contar a nuestro medio todo lo que sufrió tras hacerle una cesárea en un hospital La Habana.

"Hace ya más de un mes ingresé en el Hospital de Marianao, Maternidad Obrera, específicamente el 21 de febrero de 2023. Ingreso porque soy cesárea anterior. Llegando me dicen que mi niña podía ser un SIUR (retraso del crecimiento intrauterino) por bajo peso. Me indican ultrasonido y análisis y los resultados son que tenía anemia y que estaba perdiendo líquido", contó la madre cubana a través de mensajes de Messenger.

"El día 22 me llevan a salón sin antes prepararme. Estuve desde las 9 de la mañana hasta las 8 de la noche esperando. Entro al salón, después de dos transfusiones de sangre y no poder comer ni tomar nada en todo el día. No me prepararon para entrar al salón, me pusieron sonda un minuto antes de entrar".

"Me operaron dos internos, como dicen, o estudiantes. El anestesista era un estudiante. El salón sucio con mosca. Una higiene súper pésima porque no habían ni limpiado después de la cesárea que realizaron para poder terminar la guardia más rápido".

"Me tuvieron que poner dos veces la raquídea porque el interno no pudo coger la médula como era. Empiezan a hacerme la cesárea y todos los médicos hablando. Te secan la sangre con gasas o pedazos de sábanas viejas porque no ahí con que aspirarte".

"Después de cuatro días de mi cesárea, de quejarme por dolor, de no poder caminar, de no poder darle teta a la bebé. Y me decían que yo era vaga, que caminara, que es normal. Nunca me curaron. Nunca me revisaron mi herida. Ni siquiera me pusieron los antibióticos ni antes del salón ni después".

"Con todo eso mi herida empezó a supurar humor (pus) con mal olor. Me pasé más de 12 horas sin poder orinar y los médicos decían que era normal".

"A las 9 de la noche me llevan a un ultrasonido y supuestamente no tenía nada malo. Pero cuando deciden abrir dos puntos de mi herida, el humor (pus) con mal olor no dejaba de correr. Tuvieron que abrir toda la cesarea. Concluyendo: estaba podrida por dentro. Todos mis órganos estaban comprometidos, hasta mi corazón y pulmones".

"Me llevan al salón de urgencia y me operó el subdirector con los mejores doctores de Maternidad".

"Me mandan para terapia en el Nacional. No había agua para bañarnos. Las enfermeras no querían trabajar. Específicamente en un turno, la muchacha se llama Elizabeth. No te atendía ni siquiera para darte agua. Si tenían que ayudarte en algo, te maltrataban y te daban por incorregible y todo el tiempo era una queja .Si fallecía alguien, se burlaban".

"Los medicamentos en ese turno nunca te lo ponían a tiempo y si no le caías bien a la enfermera ni te los ponían. A raíz de eso, me volví a complicar y tuvieron que abrir nuevamente mi herida. No había medicamentos en todo el hospital. No tenían ni apósito ni gasas para curar".

"Si te manchabas, o en mi caso me llenaba de humor (pus), tenía que quedarme encuera o simplemente llena de churre porque como no había agua, no podían cambiarte. Te bañan una vez al día con un litro de agua. Todo eso en terapia intensiva que deberían tener un mejor cuidado".

Pese a todo el infierno vivido, la cubana dijo a nuestro medio que "los doctores en el Nacional (son) muy buenos pero no se enteran del maltrato a los pacientes".

"Mis medicamentos para poder curarme me los dio el doctor Arroyo, un ginecólogo, porque en todo el hospital no había nada para mí. Él fue el que me curó todos los días. Gracias a él estoy viva. Y el estafilococo no llegó a la sangre".

"El lunes de la semana pasada me volvieron a subir a salón para cerrarme la herida y después de todo el día, cuando entré al salón, pedí anestesia local para estar consciente. No había kit de operación para mí. Tuvieron que coger de otro salón que estaban realizando otra operación, un (embarazo) ectópico".


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"Hoy no sé qué fue todo lo que me hicieron porque ningún doctor me ha hablado claro. Todo lo contrario: ocultan la información. En el último momento me enteré que me operaron hasta el esófago. Me vaciaron por completo. No tengo útero. Y todos los órganos que pudieron sacar, pues me los quitaron".

"Estoy viva gracias a la misericordia de Dios, que no me dejó, y a mi fuerza de voluntad por mis dos niñas. La leche para mi bebe me la traen porque por culpa de ellos no pude darle pecho a mi niña por un mes", confesó la cubana Vanessa Palomino con imágenes de todos los medicamentos que deberá tomar de por vida después de la pesadilla que vivió por un cesárea en hospitales de La Habana.


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