"La revolución no abandona a ninguno de sus hijos" ¿alguna vez han escuchado esa frase? Pues bien, habría que preguntarle a una anciana de Santiago de Cuba y su hijo enfermo de esquizofrenia paranoide, quienes están atravesando la peor crisis que se pueda imaginar.

Yasser Sosa Tamayo, que desarrolla un proyecto de ayuda a personas solas o de bajos recursos, denunció la terrible situación que padece Bertha Nápoles de 63 años y pidió ayuda urgente para ella y su hijo Diosberkis de 21 años, quien está en crisis al no disponer del tratamiento necesario para su patología.

Según explicó Yasser en Facebook, viven en Camino de la Ceiba s/n, antigua línea, reparto Jiménez, "en la más absoluta miseria que se pueda imaginar, en condiciones paupérrimas. Reciben cada uno una chequera que juntas no llegan a 2,500 pesos, con lo que no pueden ni comer, mucho menos para obtener los medicamentos del hijo".

"Bertha está desesperada y casi en total abandono. Llevan varios días sin comer. Donde viven, más que una casa, parecen las ruinas dejadas por una catástrofe. Pasan hambre y carecen de lo más mínimo e indispensable para un ser humano", denunció Sosa Tamayo.

La anciana y su hijo son ayudados por una humilde muchacha que les brinda de lo poquito que tiene. Su nombre es Arletis Perdomo y quien desee cooperar con ella a aliviar la pobreza de esa familia puede contactar con el +5353736379. Los medicamentos necesarios para Diosberkis son carbamazepina, benadrilina (difenhidramina) y diazepam.

Bertha Nápoles y su hijo Diosberkis enfrentan una crisis extrema debido a la falta de medicamentos y alimentos. 

La crisis económica en Santiago de Cuba ha llevado a muchas personas a vivir en condiciones de extrema pobreza. La falta de recursos básicos, como alimentos y medicamentos, ha afectado gravemente a las personas con enfermedades mentales y a las familias de bajos ingresos, quienes a menudo dependen de la solidaridad de otros para sobrevivir.

Activistas como Yasser Sosa Tamayo han denunciado la situación y pedido ayuda a través de las redes sociales para visibilizar y asistir a las personas en situación de pobreza extrema. Se han organizado iniciativas para distribuir alimentos y ofrecer apoyo a quienes lo necesitan. Sin embargo, las necesidades superan las respuestas disponibles, reflejando la urgencia de una intervención gubernamental eficaz.

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