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La miseria impuesta por la dictadura: Mincin actualiza sobre canasta familiar normada

Redacción de CubitaNOW ~ domingo 22 de diciembre de 2024

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El Ministerio de Comercio Interior (Mincin) de Cuba actualizó recientemente el estado de la canasta familiar normada para diciembre, destacando las medidas que el gobierno asegura tomar para garantizar su distribución. Sin embargo, este sistema no es más que una prueba del colapso económico al que la dictadura ha llevado al país, que en el pasado se destacó por su extraordinaria riqueza y abundancia de recursos.

Actualmente, el sistema de canasta básica refleja la precariedad de un modelo que prioriza el control estatal sobre la autosuficiencia y la calidad de vida de la población. En lugar de garantizar una distribución fluida y suficiente de alimentos y productos esenciales, el gobierno recurre a racionar mínimas cantidades de arroz, azúcar, aceite y pollo, bajo la excusa de las dificultades logísticas y económicas.

¿Cómo llegamos aquí?

Cuba, que antes de 1959 era uno de los países más prósperos de América Latina, ha sido empujada a una pobreza estructural bajo un sistema que elimina la iniciativa privada, desincentiva la producción y centraliza el control económico en manos del Estado. Lo que en otras épocas era una nación con altos índices de producción agroindustrial y comercio internacional, hoy depende de donaciones internacionales y programas de ayuda humanitaria para paliar las carencias.

La actualización del Mincin expone cómo el gobierno cubano hace malabares para completar cuotas mínimas:

Leche: En algunos territorios, solo se garantiza leche fresca para niños menores de seis años. En otros, como alternativa, ofrecen mezcla de chocolate.

Arroz y granos: Las raciones pendientes de meses anteriores aún no se completan.

Pollo y aceite: Solo se prioriza para sectores vulnerables como niños, embarazadas y personas mayores, dejando al resto de la población en la incertidumbre.

Además, los productos de aseo apenas se distribuyen de manera trimestral o bimestral, lo que refleja aún más la profundidad de la crisis.

Mientras tanto, el régimen insiste en culpar al embargo estadounidense de sus problemas, ignorando que el verdadero origen de la miseria radica en las décadas de políticas económicas fallidas y corrupción. En un país que antes era capaz de alimentar a su población y exportar productos, la dependencia de la canasta normada y los recursos externos no es más que el símbolo de un sistema fallido.

El pueblo cubano merece algo mejor: un gobierno que permita la libertad económica y la dignidad de elegir su propio camino hacia el progreso.



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