El líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) José Daniel Ferrer denunció la represión del régimen contra niños en Santiago de Cuba que venden productos en las calles durante el horario escolar. En una reunión escolar en la comunidad de Ferrer, los profesores explicaron cómo los niños que sean vistos en las calles, en horario escolar vendiendo productos de cualquier tipo, serán detenidos y enviados a prisión de menores, hasta que se determine el tipo de sanción que el régimen aplicará a los padres.

"Niños de escuelas primarias de Cuba no están asistiendo a clases porque salen a vender pan o cualquier producto en las calles para buscar unos centavos para comer algo en sus casas. El hambre y la miseria que está sufriendo la mayoría de nuestro pueblo, entristece y conmueve al más insensible", afirmó Ferrer.

El opositor destacó que las autoridades, en lugar de buscar soluciones a la pobreza que afecta a estas familias, han optado por medidas represivas.

"Este no es el único problema que enfrenta la educación en Cuba", agregó Ferrer. "Durante más de 60 años, las instituciones educativas cubanas han tenido como principal objetivo adoctrinar a los estudiantes. Quieren convertirlos en instrumentos sumisos de la tiranía".

José Daniel Ferrer, quien mantiene su activismo político dentro de Cuba, fue liberado el 16 de enero tras pasar tres años y medio en prisión, y sufrir agresiones físicas y maltrato psicológico. Es una de las voces más críticas contra el régimen cubano. Fue reconocido como "preso de conciencia" por Amnistía Internacional y ha dedicado décadas a la lucha por los derechos humanos en Cuba.

Fue arrestado en 2003 durante la "Primavera Negra" y condenado a 25 años de prisión por "actos contra la independencia y la integridad territorial del Estado". Tras su excarcelación en 2011, fundó la UNPACU, que se ha convertido en uno de los movimientos opositores más activos en la Isla. En 2021 fue encarcelado por tercera vez, en el contexto de las protestas antigubernamentales del 11 de julio, lo que lo llevó a ser reconocido internacionalmente como un símbolo de la resistencia de los opositores en Cuba.

La denuncia de Ferrer pone en evidencia la crisis en Cuba, agravada por las condiciones económicas que obligan a muchas familias a buscar medios de subsistencia a costa de la formación de los más pequeños. La falta de oportunidades laborales, los salarios insuficientes y la creciente inflación han llevado a un aumento en la pobreza extrema, impactando directamente a los niños y a los ancianos.

Ferrer sostiene que el régimen cubano, en lugar de solucionar estas problemáticas, persigue y castiga a las familias que enfrentan estas difíciles circunstancias.

Tras su liberación, José Daniel Ferrer envió un mensaje al gobierno cubano instando a realizar elecciones libres y plurales y a iniciar un proceso de reconciliación nacional. Afirmó que es esencial poner fin al "terrorismo de Estado" y las privaciones que sufren millones de cubanos bajo el régimen actual.

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