La ineficacia de la policía en Cuba en casos de desapariciones como el de Karildi Marín es una preocupación constante entre la ciudadanía, que siente que las autoridades no brindan la atención necesaria cuando las víctimas no tienen conexiones con figuras de poder. Karildi Marín, de 24 años, desapareció el 14 de diciembre de 2023 en el Cerro, La Habana, y desde entonces su familia no ha recibido información concreta sobre su paradero, a pesar de sus constantes súplicas y denuncias.

El hermano de Karildi, Yoandri Marín, ha utilizado las redes sociales para mantener viva la búsqueda de su hermana, compartiendo mensajes de esperanza y amor. Recientemente, recordó el cumpleaños de Karildi y expresó su deseo de volver a verla. La familia ha enfrentado una profunda frustración y desesperación debido a la falta de respuestas por parte de las autoridades.

El caso de Karildi ha expuesto la percepción de la población de que la policía actúa de manera más eficiente y rápida cuando las víctimas tienen conexiones con el gobierno o figuras influyentes. La afirmación de su padre en el Día de las Madres, subrayando que si Karildi fuera hija de alguien con poder ya habría aparecido, refleja un sentimiento generalizado de desamparo entre los ciudadanos comunes.

La pasividad de la policía en estos casos sugiere una falta de recursos, voluntad o ambas cosas para resolver las desapariciones de personas sin conexiones políticas. Esto genera una profunda desconfianza en el sistema y perpetúa la idea de que en Cuba, "el que no tiene padrino no se bautiza", es decir, aquellos sin influencias no reciben justicia ni protección adecuada.

La situación de Karildi Marín no es un caso aislado y se suma a muchos otros en los que las familias de los desaparecidos se enfrentan a la indiferencia de las autoridades, luchando por mantener la esperanza y exigir justicia en un sistema que parece favorecer a los poderosos sobre los vulnerables.

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