El expresidente boliviano Evo Morales volvió a ser el centro de la polémica al denunciar un presunto intento de envenenamiento en su residencia en el Chapare, su bastión político y sindical. Morales señaló haber encontrado en su habitación una sustancia similar a “harina verde”, que fue identificada posteriormente como oxicloruro de cobre, un fungicida, según un comunicado de su equipo de prensa.

La acusación surge en medio de una creciente tensión con el actual presidente, Luis Arce, con quien mantiene una disputa por el control del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido oficialista. Sin embargo, desde el gobierno de Arce no se han emitido comentarios al respecto, mientras que algunos aliados del presidente sugieren que podría tratarse de un "autoatentado".

En declaraciones a la radio Kausachun Coca, Morales vinculó el hecho con supuestos ataques orquestados desde el gobierno. Por su parte, Richard Medina, concejal del municipio de Villa Tunari y seguidor de Morales, responsabilizó al Ministerio de Gobierno y exigió el cese de lo que calificó como una persecución contra el exmandatario.

No es la primera vez que Morales denuncia ataques en su contra. A finales de octubre, afirmó que su automóvil fue atacado a tiros, aunque el gobierno negó cualquier implicación y sostuvo que el incidente ocurrió tras evadir un control policial antidrogas.

Morales, quien se refugia en la sede sindical de los cocaleros desde octubre, enfrenta además cuestionamientos legales por presunto abuso sexual de una menor durante su mandato (2006-2019). Estas investigaciones han intensificado las divisiones en el MAS, que recientemente nombró a Grover García, cercano a Arce, como su nuevo líder.

El expresidente ha adelantado su intención de postularse nuevamente en las elecciones de 2025, pese a que García aseguró que Morales está inhabilitado por la Constitución. La candidatura oficial del MAS se decidirá entre marzo y abril del próximo año.

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