El Ejército ucraniano lanzó una ofensiva con drones contra territorio ruso, incluyendo Moscú, marcando una de las mayores incursiones aéreas del año. Según el Ministerio de Defensa de Rusia, más de 120 drones fueron detectados y 123 destruidos en al menos 13 regiones rusas.

En Moscú, las defensas antiaéreas interceptaron drones en áreas como Kolomna, Ramenskoe, Podolsk, y en las cercanías del norte de la ciudad. El alcalde Serguéi Sobianin confirmó la suspensión temporal de operaciones en tres aeropuertos de la capital debido a la amenaza.

En la región de Riazán, drones alcanzaron una refinería clave para la industria petrolera rusa y un depósito de combustible, causando incendios según informes locales. Estas instalaciones juegan un papel crucial en el suministro de combustible tanto civil como militar, incluyendo tanques y aviones de combate.

Simultáneamente, la región de Briansk fue escenario de ataques dirigidos contra la fábrica 'Kremni', un centro de producción de microchips para misiles y drones militares. Esta instalación ya había sido previamente atacada por fuerzas ucranianas.

Los operativos ucranianos también afectaron otras áreas estratégicas, provocando interrupciones en aeropuertos de ciudades como Kazán, Samara y Sarátov. De los drones interceptados, 37 fueron derribados en Briansk y 20 en Riazán.

El jefe del Centro contra la Desinformación de Ucrania, Andrí Kovalenko, destacó la importancia de estas acciones, subrayando que las instalaciones afectadas son clave para el complejo militar-industrial ruso.

(Con información de EFE)

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