Odalys Fundicheli, de 62 años, y su nieta Lía, de 14, están atrapadas en un limbo al que llegaron por un solo día de diferencia. Procedentes de Cuba, lograron una cita a través de la aplicación CBP One para cruzar la frontera en Tijuana y reunirse con su familia en Dallas, según publica el diario español, El Pais.

Sin embargo, el regreso de Donald Trump a la presidencia desmanteló este sistema de entrada regulada, dejando a miles de migrantes en la incertidumbre.

“Sentimos mucha frustración e impotencia”, expresa Fundicheli, mientras intenta consolar a Lía, que no puede contener el llanto. Como ellas, miles de personas quedaron desamparadas, con sus citas canceladas y sin saber qué hacer a continuación.

El mismo día en que Trump asumió el cargo, cumplió su promesa de eliminar CBP One, la herramienta clave para solicitar asilo de forma ordenada en Estados Unidos. Este golpe dejó a miles de familias varadas en territorio mexicano, muchas sin recursos, otras con permisos temporales que pronto expirarán, y todas enfrentándose a un panorama desolador.

José Louiza, un pescador venezolano, esperaba junto a su esposa e hijo cruzar a las 13:00 en Ciudad Juárez cuando llegó el aviso: “Las citas de CBP One ya no son válidas.” Tras nueve meses de un peligroso viaje, su sueño americano terminó antes de empezar. “No es humano”, sentencia con desesperación.

Trump también anunció el restablecimiento del programa Quédate en México (MPP), que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano. Este programa, ya implementado en 2019, fue ampliamente criticado por exponer a los migrantes a extorsiones, secuestros y violaciones de derechos humanos.

Aunque la administración de Claudia Sheinbaum aún no ha confirmado su cooperación con este sistema, el panorama para los migrantes es sombrío. “El que va a salir ganando de todo esto va a ser el crimen”, advierte Juan Fierro, pastor de un albergue en Ciudad Juárez.

Los miles de migrantes atrapados en la frontera mexicana que repudia Trump: “No sé que va a ser de nosotros”
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— EL PAÍS (@el_pais) January 21, 2025

En la frontera, las iglesias y albergues están desbordados por la llegada de migrantes desesperados. “Buscamos orientación”, repiten una y otra vez, mientras el frío y la incertidumbre los rodean. Lo que parecía un paso seguro hacia un nuevo comienzo ahora es un callejón sin salida.

Mientras tanto, la reinstauración de políticas como el MPP amenaza con repetir errores del pasado, exacerbando la crisis humanitaria en la frontera. “Todo este sacrificio, y ahora no sabemos qué será de nosotras,” concluye Fundicheli con la mirada perdida, mientras Lía sigue llorando.

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