La temporada navideña de 2025 en Cuba transcurre marcada por una crisis energética sin precedentes, agravada en los últimos meses y que ha incidido directamente en la vida diaria de la población. Aunque la presencia de imágenes comerciales vinculadas a Santa Claus en fachadas y establecimientos de La Habana ha generado debate dentro del oficialismo, las dificultades esenciales del país se relacionan con un sistema eléctrico al límite y una dependencia petrolera afectada por el contexto regional.

A la crisis interna, que se ha intensificado durante los últimos cinco años, se suma la presión ejercida por el bloqueo naval de Estados Unidos sobre los cargamentos de crudo venezolano, factor que ha complicado la llegada de combustible. Un ejemplo reciente fue la intervención del buque iraní Skipper, que transportaba cerca de dos millones de barriles de petróleo venezolano con destino al puerto de Matanzas.

Desde el inicio del acuerdo energético entre Caracas y La Habana, Venezuela suministraba más de 100.000 barriles diarios de crudo. Sin embargo, esta cifra cayó hasta aproximadamente 27.000 barriles debido al deterioro de la infraestructura petrolera y a las dificultades económicas del país sudamericano.

Cuba revende parte del petróleo recibido, principalmente a China, con el objetivo de obtener divisas. Las contribuciones de México y Rusia, que en conjunto aportan unos 30.000 barriles diarios, no compensan el déficit estimado de al menos 20.000 barriles por día.

El sistema eléctrico cubano atraviesa una situación particularmente delicada. Según datos de la Unión Eléctrica publicados por Granma, el último domingo de diciembre registró un déficit del 60% en la hora pico: solo había disponibles 1.468 megavatios frente a una demanda de 3.370 MW. Este desbalance ha provocado cortes prolongados, que durante el verano alcanzaron promedios de 16 horas diarias en el verano, especialmente en provincias como Santiago de Cuba, Matanzas y Holguín, donde se reportaron apagones de más de 20 horas continuas.

Diversos centros de análisis han señalado que el país enfrenta una combinación de escasez de combustible, un deterioro profundo en la infraestructura y una capacidad limitada para responder a la demanda creciente. Durante la reciente Cumbre del ALBA, Venezuela anunció la creación de la Misión Internacional de Energía y Electricidad, con el propósito de apoyar a Cuba en la recuperación de su sistema energético.

Pese a los esfuerzos externos, la situación continúa siendo crítica. Analistas consultados por El Mundo indican que parte del crudo recibido ha sido reexportado por empresas asociadas al aparato empresarial estatal, mientras las afectaciones del servicio eléctrico se mantienen en niveles históricos durante las celebraciones de fin de año.

Fuente: El Mundo

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