Una nota oficial del MINFAR anunció la fecha para la realización del funeral de las 13 personas que fallecieron en la explosión de un almacén de armamento militar en Holguín. Dentro del grupo se encontraban varios jóvenes que pasaban el Servicio Militar Obligatorio y según la versión oficial, “todos cayeron en el cumplimiento del deber”.

Nota: “El próximo lunes 20 de enero, a las 9:00 a.m., en la Plaza de la Revolución "Mayor General Calixto García" de la provincia de Holguín se efectuará la ceremonia de homenaje póstumo a los 13 combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias caídos en el cumplimiento del deber”, indica el comunicado del MINFAR.

La explosión ocurrió el pasado 7 de enero en una instalación militar ubicada en la localidad de Melones, municipio holguinero de "Rafael Freyre". Según informes oficiales, el incidente se originó en un almacén que contenía material bélico envejecido en proceso de clasificación. Sin embargo, se tardaron más de diez días en declarar fallecidos a los 13 desaparecidos, luego de que las autoridades determinaran que el lugar era inaccesible y que no existía posibilidad de vida, lo que ha generado críticas hacia la gestión de la emergencia.

Entre los fallecidos no solo había jóvenes cumpliendo el Servicio Militar Obligatorio, sino también oficiales de rangos medios. Este hecho ha intensificado el dolor de las familias, que han expresado indignación por las condiciones bajo las cuales sus seres queridos perdieron la vida. Algunos han cuestionado abiertamente la seguridad en las instalaciones militares y la falta de preparación para evitar este tipo de tragedias. Otros, temiendo represalias, han preferido guardar silencio.

La explicación oficial sobre las causas de la explosión no ha convencido a muchos. El argumento de un cortocircuito en la zona donde se guardaba el material bélico envejecido y en vías de clasificación evidencia un grave descuido en la gestión de recursos peligrosos, lo que pone en duda la capacidad del gobierno para garantizar la seguridad de sus instalaciones y del personal militar. Mientras tanto, el discurso oficial insiste en glorificar a las víctimas como héroes, algo que muchos consideran un intento de desviar la atención de la negligencia gubernamental.

La tragedia también ha reabierto una discusión latente: ¿por qué el régimen cubano destina tantos recursos al sector militar en un país que no enfrenta conflictos bélicos desde hace décadas? La justificación oficial gira en torno a la “defensa de la soberanía”, pero muchos cubanos ven esto como una estrategia para mantener un aparato represivo que asegure el control interno, más que una necesidad real de defensa nacional.

Familiares de las víctimas han señalado que este tipo de incidentes pone de manifiesto el costo humano del Servicio Militar Obligatorio, un sistema que priva a los jóvenes de oportunidades y los somete a riesgos innecesarios. Algunos padres han denunciado que sus hijos no tenían vocación militar y fueron obligados a cumplir con un servicio que consideran injusto y obsoleto.

La pregunta es: ¿asistirán todos los padres a una ceremonia en la que no están los cuerpos de sus hijos? porque indiscutiblemente, se repite la situación de los reclutas muertos en el incendio de los super tanqueros de Matanzas.

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