Un nuevo caso de violencia de género sacude a Cuba. Una joven identificada como "Yiyi" fue brutalmente atacada a machetazos en el municipio de Habana del Este por un hombre que se encuentra prófugo de la justicia, según informó su madre, Idelisa Peña, en redes sociales. A través de su perfil de Facebook, Peña exigió justicia y pidió oraciones por la recuperación de su hija, quien se encuentra en estado grave tras el violento ataque.

La información fue compartida originalmente en la página de Facebook "La Tijera", donde también se denunció la inacción de la policía local. Peña expresó su frustración, comparando la falta de esfuerzo para capturar al agresor con la rapidez con la que se actúa en casos relacionados con el sacrificio de ganado: "Si hubiera sido que sacrificara una vaca, hace rato estaría preso", afirmó.

El ataque ha generado una ola de indignación en las redes sociales. Anniuvis Mayedo Santos, sobrina de la víctima, compartió una imagen del presunto agresor y pidió a los residentes de Campo Florido, Guanabo, Tapaste y otras áreas cercanas que lo denuncian si logran identificarlo.

Este ataque no es un caso aislado. En los últimos años, Cuba ha experimentado un alarmante aumento en los casos de violencia de género, muchos de los cuales terminan en feminidios. Sin embargo, la respuesta de las autoridades ha sido lenta y en ocasiones inexistente, lo que deja a las víctimas desprotegidas y a los agresores en libertad. Según organizaciones independientes, la falta de mecanismos efectivos de protección, la ausencia de una ley integral contra la violencia de género, y el acceso limitado a servicios de apoyo son algunos de los factores que han contribuido al agravamiento.

En muchos casos, las denuncias de violencia de género son ignoradas o minimizadas por las autoridades, lo que permite que los agresores actúen con impunidad. A pesar de los esfuerzos de organizaciones feministas y activistas, el gobierno cubano sigue sin reconocer oficialmente el problema a gran escala. 

El ataque contra Yiyi pone de aliviar la gravedad de la crisis y la urgencia de tomar medidas efectivas. Mientras el agresor continúa en libertad, las redes sociales se han convertido en la principal herramienta para pedir ayuda y justicia, como lo demuestra la publicación de la familia de la joven. En este caso, como en muchos otros, la presión pública a través de plataformas como Facebook se ha convertido en un último recurso ante la falta de acción de las autoridades.

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