¡No hay limites ya en la retótica de la dictadura! Ahora resulta que el pueblo hambriento y desesperado, está feliz con la celebración en Varadero de una feria gastronómica que solo beneficia a la cúpula..
El viceministro cubano de Turismo ha asegurado que el pueblo apoya la celebración del evento Varadero Gourmet, una feria gastronómica promovida por el régimen en uno de los destinos turísticos más exclusivos de Cuba.
Sin embargo, esta afirmación ha generado gran polémica tanto dentro como fuera de la Isla, al evidenciar la desconexión entre el gobierno y la realidad que vive la mayoría de la población cubana.
Mientras se celebran catas de vino, talleres de cocina gourmet y banquetes exclusivos en hoteles de lujo, millones de cubanos enfrentan un panorama diametralmente opuesto: apagones diarios que duran horas, una escasez crónica de productos básicos y precios de alimentos que se han vuelto inalcanzables para el cubano promedio. La canasta básica está lejos de cubrir las necesidades nutricionales mínimas y los mercados estatales están vacíos o con productos a precios exorbitantes.
El evento Varadero Gourmet, aunque presentado como una oportunidad para potenciar el turismo y “posicionar la cocina cubana en el mundo”, también funciona como una cortina de humo.
Sirve para enviar al exterior una imagen de normalidad y sofisticación gastronómica que no representa el día a día del país. Además, evidencia una vez más la doble economía que impera en Cuba: una para el turismo internacional y las élites, y otra para el resto del pueblo, que lucha por sobrevivir con salarios en pesos que no alcanzan para comprar un litro de aceite o una libra de pollo.
Resulta especialmente irónico que el gobierno celebre un festival culinario en medio de una crisis alimentaria sin precedentes. Más aún, que lo haga bajo el argumento de que cuenta con el respaldo del pueblo, cuando la gran mayoría de los cubanos no tiene acceso a este tipo de eventos ni siquiera como espectadores.
Las redes sociales y medios independientes han denunciado con fuerza esta contradicción, señalando el cinismo con el que se promueve el lujo en medio de la escasez. Para muchos, el Varadero Gourmet no es solo un evento gastronómico, sino un símbolo más del fracaso del modelo cubano y de la desigualdad profunda que divide a Cuba entre quienes tienen privilegios y quienes no tienen ni electricidad ni comida suficiente.
Cuba vive una crisis estructural, y eventos como este solo profundizan el descontento de una población que ya ha perdido la paciencia y exige algo más que discursos y festivales para turistas.
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