En un controversial movimiento que ha generado críticas tanto en España como en Cuba, el gobierno socialista de Pedro Sánchez ha destinado 2,3 millones de euros para financiar un proyecto de "transformación digital" en Cuba. El dinero, que proviene de los fondos públicos españoles, está destinado a mejorar la plataforma digital del régimen cubano, denominada Cubagob, que facilita la gestión de trámites en línea y la implementación de pagos y firmas digitales en los servicios gubernamentales.
La financiación fue aprobada por la Unión Europea y está bajo la supervisión de la Fundación para la Internacionalización de las Administraciones Públicas (FIAP).
Según un informe del medio digital @okdiario, esta inversión tiene como objetivo ayudar al gobierno cubano a modernizar su infraestructura digital, lo que podría facilitar la administración de trámites para los ciudadanos cubanos, aunque la medida ha sido vista con escepticismo por parte de muchos sectores críticos tanto en España como en Cuba. El destino de los fondos ha generado una oleada de protestas, con muchos denunciando que el dinero de los contribuyentes españoles está siendo utilizado para beneficiar a un régimen autoritario que sigue siendo ampliamente criticado por su control absoluto sobre el país y por la creciente represión contra los opositores.
Los detractores del gobierno español sostienen que este tipo de proyectos no son una prioridad para España, un país que enfrenta desafíos económicos internos, como el desempleo y las altas tasas de inflación, mientras que los cubanos continúan sufriendo bajo un régimen que restringe las libertades civiles y políticas.
En este contexto, muchos consideran que la ayuda económica a Cuba solo sirve para perpetuar un sistema que mantiene a la población en condiciones de pobreza y miseria, mientras el gobierno cubano continúa beneficiándose de los recursos internacionales.
Por otro lado, algunos sectores en España, especialmente dentro del ámbito político y empresarial, defienden que este tipo de iniciativas pueden ser beneficiosas a largo plazo para la "modernización" de Cuba y, en última instancia, contribuir a la apertura del país hacia reformas económicas.
Sin embargo, las críticas continúan, especialmente en un momento en el que los ciudadanos de ambos países se sienten frustrados con los gobiernos que consideran responsables de sus problemas sociales y económicos.
En medio de las inmensas necesidades que tiene el pueblo cubano hablar de digitalización es indignante y resulta risible.
El gobierno cubano, por su parte, no ha emitido comentarios oficiales sobre la controversia que ha generado la financiación española.
No obstante, el régimen de la isla se ha beneficiado en el pasado de ayudas internacionales que, según los críticos, solo han servido para perpetuar su control sobre el país sin ofrecer mejoras significativas en el bienestar de los cubanos.
Fuente: Perfil de Mario Vallejo