Un túnel clandestino utilizado para el tráfico de personas y drogas fue descubierto debajo del lecho del río Bravo, conectando Ciudad Juárez, Chihuahua, con El Paso, Texas. Este hallazgo pone en evidencia la sofisticación de los grupos criminales que operan en la frontera y desafían los esfuerzos de control y seguridad de ambos países.
El túnel, de aproximadamente 40 metros de largo, estaba oculto bajo el afluente natural entre ambos países y contaba con un sistema rudimentario de ventilación. Según las autoridades, fue usado por organizaciones criminales no solo para contrabandear drogas, sino también para facilitar el cruce ilegal de migrantes.
El descubrimiento ocurrió gracias a información proporcionada por un denunciante anónimo y un operativo conjunto entre las autoridades estadounidenses y mexicanas, incluyendo la Patrulla Fronteriza de EE. UU., el FBI, y la Fiscalía de Chihuahua. En el lugar fueron halladas herramientas de construcción, radios de comunicación y ropa de migrantes que confirmaron el uso del túnel para actividades ilegales.
Este túnel, sellado por las autoridades tras su descubrimiento, refuerza la creciente preocupación sobre las rutas de contrabando en la frontera y plantea un desafío importante para el próximo presidente de EE. UU., quien deberá enfrentar una estrategia más integral para frenar estos delitos sin depender exclusivamente de barreras físicas.
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