Mientras Lis Cuesta, esposa de Miguel Díaz-Canel y funcionaria con cargos culturales dentro del régimen, expresa su “preocupación” por la crisis de salud en Gaza, miles de cubanos viven cada día un colapso real y brutal, dentro de su propio país.
Desde Jovellanos, en la provincia de Matanzas, una cubana responde con la dignidad que nace del sufrimiento: “Llevamos 30 horas consecutivas de apagón. Nuestros niños pasan el peor verano de sus vidas, sin alimentos, sin agua potable, sin poder siquiera pagar un carricoche para dar una vuelta. Nuestros hospitales están colapsados, igual que el país completo”.
Y no exagera.
"Mientras ella y su esposo han recorrido medio mundo —desde Nueva York hasta Rusia, pasando por ferias del libro en Europa y eventos protocolarios donde no falta el vino ni el confort— el pueblo cubano ha tenido que aprender a sobrevivir sin lo más básico"
Lis Cuesta no es solo “la esposa de Díaz-Canel”, también ha ocupado importantes cargos dentro del sector cultural, incluida la presidencia del comité organizador de la Feria Internacional del Libro de La Habana. Un evento que en su momento fue símbolo de orgullo y hoy es solo un escaparate más del doble discurso.
Con privilegios que ni disimulan, han transformado la cultura en propaganda y su vida personal en un desfile internacional de privilegios inmerecidos.
Mientras tanto, los cubanos hacen cola desde la madrugada por un poco de pan, sobreviven apagones de más de 24 horas, ven a sus hijos sin leche ni medicamentos y pierden familiares en hospitales sin recursos ni esperanza.
Y todavía se atreven a hablar de “preocupación humanitaria”.
El pueblo cubano está cansado de la hipocresía. De figuras como Lis Cuesta, que se indignan por lo que ocurre fuera, pero callan (o peor: celebran) el hundimiento de su propia tierra.
Porque aquí no hay guerra, pero sí hay ruinas. No por bombas, sino por abandono.
"Sin miedo, creo que figuras como usted, señora, no las queremos, no las necesitamos. Ahórrese los comentarios y no indigne más al pueblo.”
"Se lo dice una cubana con más valor que todos los discursos oficiales juntos".
Fuente: Periodista Alberto Arego
Los artistas prohibidos por el régimen, Lynn Cruz y Miguel Coyula, desafían la censura
Hace 19 horas
Chicha, la abuela cubana que celebró sus 111 años con alegría y vitalidad en Las Tunas
Hace 19 horas