En la madrugada del miércoles, un ataque con dron ucraniano destruyó un importante almacén de armas rusas en la región de Tver, lo que podría ser uno de los golpes más significativos al arsenal militar de Rusia desde el inicio de la invasión en 2022.

La explosión fue tan fuerte que las estaciones sísmicas la registraron como un pequeño terremoto. La NASA también detectó múltiples fuentes de calor en la zona afectada desde el espacio, lo que confirma la magnitud del impacto.

El almacén, ubicado en la localidad de Toropets, a unos 470 kilómetros de la frontera con Ucrania, guardaba aproximadamente 30.000 toneladas de municiones, incluidos misiles, explosivos y proyectiles de artillería, según fuentes ucranianas. Este ataque afectará gravemente la capacidad del ejército ruso para abastecer a sus tropas en las regiones de Kursk, Belgorod y Bryansk.

El almacén cubría un área de más de cinco kilómetros cuadrados y tenía un perímetro de 12 kilómetros, lo que lo convertía en uno de los depósitos más grandes de la región. Fuentes ucranianas indicaron que en el lugar también se almacenaban municiones de misiles Iskander y Tochka-U, así como bombas aéreas y combustible. Además, recientemente Rusia había comenzado a almacenar municiones provenientes de Corea del Norte en este depósito.

Imágenes satelitales captadas por Maxar muestran grandes columnas de humo en la zona del impacto. Según George Barros, del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), estas imágenes confirman una serie de explosiones en cadena que aún continúan, lo que sugiere que el daño fue significativo. Sin embargo, la densa columna de humo dificulta evaluar el alcance total de la destrucción, especialmente en los búnkeres subterráneos, que podrían haber sido afectados por las explosiones.

Se especula que Ucrania utilizó un dron con capacidad para penetrar estas instalaciones subterráneas, aunque también se menciona que la destrucción de los búnkeres podría deberse a errores en la disposición de las municiones.

Este ataque no es un incidente aislado. Ucrania ha venido utilizando drones de fabricación nacional para atacar objetivos en territorio ruso, alcanzando distancias de hasta 1.800 kilómetros, como en un ataque reciente en Orsk. Mientras Kiev continúa solicitando misiles Occidente de largo alcance, ha demostrado su capacidad para atacar en lo profundo de Rusia con sus propios recursos.

El golpe al depósito de Tver supone un duro revés para el ejército ruso, que depende de estas instalaciones para abastecer a sus tropas en el frente norte.

(Con información de "Euronews" y "France 24")

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