El presidente de Estados Unidos Donald Trump sorprendió este lunes con un anuncio que marca un giro significativo en la estrategia naval del país: la creación de una nueva generación de gigantes marítimos destinados a convertir a la Marina estadounidense en la más avanzada y temida del planeta. Esta iniciativa, denominada por el propio mandatario como parte esencial de la “Flota Dorada”, pretende sustituir a embarcaciones que considera envejecidas y muy por debajo de las necesidades actuales de defensa.

Los nuevos navíos, bautizados como “clase Trump”, fueron presentados como auténticos colosos del mar. Según el presidente, serán “100 veces más poderosos que cualquier acorazado construido anteriormente”, una afirmación que subraya la magnitud del proyecto y el mensaje político detrás de él. Estas embarcaciones combinarán tecnología de misiles de última generación con el regreso a cañones navales tradicionales, una mezcla que busca maximizar el alcance, la fuerza de ataque y la capacidad de respuesta en escenarios de conflicto modernos.

Con un desplazamiento estimado entre 30.000 y 40.000 toneladas, estos buques actuarían como naves insignia dentro de la marina renovada. Trump adelantó que la construcción comenzará de inmediato con dos unidades iniciales, aunque su objetivo es llegar a fabricar hasta 25 en total. Si los plazos se cumplen, los primeros podrían estar listos en poco más de dos años y medio, lo que representa una aceleración notable frente a los procesos habituales de fabricación militar.

El anuncio se realizó acompañado de figuras clave de su administración, como el Secretario de Estado Marco Rubio, el secretario de Guerra y el secretario de Marina, quienes respaldaron la urgencia de actualizar la capacidad naval estadounidense ante un contexto internacional cada vez más competitivo. Durante su intervención, Trump criticó el estado actual de parte de la flota, describiéndola como “obsoleta y deteriorada”, y enfatizó la necesidad de invertir en poder marítimo como pilar de la seguridad nacional.

Este proyecto forma parte de una revisión integral que la Armada lleva meses realizando para adaptar sus fuerzas a nuevos desafíos, incluyendo amenazas emergentes en el Indo-Pacífico y el fortalecimiento de fragatas modernas dentro de su estructura operativa. La “Flota Dorada”, en ese sentido, busca proyectar una imagen clara: Estados Unidos no solo pretende mantener su liderazgo naval, sino ampliarlo con embarcaciones que, según Trump, marcarán el estándar militar de las próximas décadas.

Fuente: Mario Pentón

Martí Noticias

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