Cuando el expresidente de EE UU, Donald Trump, activó el capítulo III de la Ley Helms Burton, comenzaron a aparecer las demandas en contra de empresas con inversiones en la isla.

Dos años después se contabilizan alrededor de 14 mil demandas de este tipo y aunque la gran mayoría no han trascendido, el objetivo de Trump, se cumplió en un buen grado pues entre los inversores extranjeros ha crecido el temor por invertir en Cuba.

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Como se conoce “la activación del capítulo III de la Ley Helms Burton, faculta a cualquier estadounidense a demandar en los tribunales federales a cualquier persona o entidad que hubiera traficado con activos confiscados por el régimen de Fidel Castro”.

“De la 14.000 demandas, tan solo hay 36 en curso, de ese total cuatro se han desestimado y están en apelación. Por ahora no se ha condenado a nadie por traficar con bienes”, explicó Ignacio Aparicio, socio y director del Cuban Desk de Andersen citado por el espacio Cinco Días del rotativo El País.

Para Aparicio, luego de todos esos procesos, lo más afectado es la inversión en la isla, pues ahora los empresarios: “Se lo piensan mucho más y tienen que analizar con profundidad las posibles consecuencias que puede traer”.

Otra afectación, que han sufrido las hoteleras con inversiones en Cuba, específicamente el caso de Meliá, fue con la activación del título IV de la ley Helms Burton, que habilita a la administración norteamericana a impedir la entrada en el país a directivos de empresas demandadas.

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