El ascenso empresarial de la hija de Carlos Lage reaviva interrogantes sobre privilegios y poder en Cuba
Redacción de CubitaNOW ~ sábado 6 de diciembre de 2025
Cristina Lage Codorniú, hija del exvicepresidente cubano Carlos Lage Dávila —defenestrado hace 16 años—, ha vuelto a ocupar titulares tras revelarse que posee visa estadounidense y exitosos emprendimientos en La Habana. Así lo informó el periodista Mario J. Pentón en un artículo publicado en Martí Noticias.
Su padre fue destituido abruptamente en 2009 por Raúl Castro, pero hoy Cristina, junto a su esposo Orlando Alain Rodríguez Leyva, ha logrado levantar un emporio empresarial a través de Group Tentacioones SRL.
La compañía administra una cadena de restaurantes de lujo en la capital, entre ellos Sensacioones, Woow y Nao Habana, además de un servicio de envíos de comida llamado IFood. En conjunto, estos negocios emplean a más de 40 personas.
Cristina, licenciada en Derecho, mantiene un perfil discreto y no se ha pronunciado públicamente sobre la propiedad de estas iniciativas. La empresa tampoco revela datos sobre sus dueños, presentándose simplemente como el sueño hecho realidad de una familia apasionada por la gastronomía cubana.
No obstante, la opacidad respecto al origen del capital que financia estos proyectos ha despertado suspicacias. Lo que más ha llamado la atención es que Cristina posee visa americana y viaja con frecuencia a Estados Unidos y Europa, un privilegio poco común para ciudadanos cubanos sin fuertes conexiones con el poder.
Este hecho ha alimentado preguntas sobre la relación actual entre los Lage y las autoridades de la Isla, así como sobre la facilidad con la que estos negocios han crecido en un país marcado por la escasez y las restricciones económicas.
Carlos Lage Dávila fue una figura clave durante el “Período Especial”, considerado uno de los hombres de confianza de Fidel Castro. Su salida en 2009 puso fin a su carrera política, pero su influencia parece sobrevivir en la prosperidad de su hija, que al parecer goza de ventajas que no tienen otros emprendedores.
El tío de Cristina, Agustín Lage, mantiene cargos de relevancia dentro de la estructura estatal, lo que evidencia la capacidad de la familia para mantenerse cerca de los círculos de poder pese al “traspié” sufrido por Carlos Lage.
Mientras tanto, los restaurantes gestionados por la familia ofrecen propuestas de alta cocina importada, en abierto contraste con la crisis económica que agobia al país. Los constantes viajes de Cristina y su acceso a productos del exterior se reflejan en una carta de precios inaccesibles para la mayor parte de los cubanos, cuyos salarios promedian alrededor de 15 dólares al mes.
Platos como el Tomahawk Gallego, que supera los 114 dólares, equivalen a más de medio año de ingreso para la mayoría de los trabajadores de la Isla.
La ascensión de Cristina y de otros empresarios cercanos al poder —como Sandro Castro, nieto de Fidel, y Vilma Rodríguez, nieta de Raúl— suscita nuevas dudas sobre el rumbo económico y político de Cuba. La apertura al sector privado ha beneficiado notablemente a miembros de la élite, mientras la población continúa inmersa en la miseria cotidiana.