Un robo de aproximadamente 300 litros de aceite dieléctrico en el poblado de Dos Caminos, San Luis, ha dejado a miles de personas sin electricidad en Santiago de Cuba. Este insumo es esencial para el funcionamiento de transformadores eléctricos, ya que actúa como aislante y ayuda a disipar el calor en el equipo, evitando sobrecalentamientos o fallas graves.

La primera secretaria del Partido Comunista en Santiago de Cuba, Beatriz Johnson Urrutia, informó que, en la madrugada, técnicos avanzaron en la reparación del transformador afectado gracias a la llegada de una máquina recicladora especializada para el tratamiento de aceite dieléctrico. Esta maquinaria permitirá procesar el aceite restante y preparar el nuevo, asegurando que cumpla con los estándares necesarios para devolver la electricidad a los hogares de la zona tras varios días de apagón.

Johnson explicó que este tipo de robos representa un delito grave, ya que no solo afecta el suministro eléctrico de la comunidad, sino que también impone un gasto adicional al sistema eléctrico nacional debido a la necesidad de reparaciones costosas y el uso de maquinaria y personal técnico especializado.

El Ministerio del Interior ha iniciado una investigación para identificar a los responsables, dado que la sustracción de aceite dieléctrico es una práctica creciente en el país. Este aceite se revende ilegalmente, muchas veces para ser usado como combustible, a pesar de los riesgos que implica su uso inapropiado.

Según Johnson, los trabajadores de la Empresa Eléctrica están comprometidos con restablecer el servicio lo antes posible, mientras se toman medidas para asegurar la protección de otros equipos eléctricos en la región. La situación en Dos Caminos no es aislada, pues recientemente se han reportado robos similares en La Habana y Artemisa, evidenciando un problema que afecta a diferentes provincias y que pone en tensión el frágil sistema energético cubano.

Este incidente revela la magnitud de la crisis energética en el país y cómo el robo de recursos esenciales sigue complicando el ya desafiante panorama para las comunidades afectadas.

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