El pasado 11 de junio, Diego Manuel Abreu Zabala, un conocido opositor al régimen cubano, fue arrestado y golpeado en la vía pública del municipio Camajuaní, en Villa Clara. Desde entonces, ha estado en huelga de hambre y ha sido internado en el hospital psiquiátrico de Santa Clara, en un claro acto de represión contra su activismo político.

Abreu Zabala ha sido remitido en otras ocasiones a esta instalación médica bajo el pretexto de problemas psiquiátricos, una táctica común del régimen para deslegitimar y silenciar a sus opositores. Sin embargo, su detención actual y las condiciones de su internamiento ponen de manifiesto la continua violación de los derechos humanos en Cuba.

El médico asignado al caso de Abreu Zabala, bajo la influencia del régimen, comunicó a su familia la necesidad de su consentimiento para la aplicación de electroshock (TEC), un tratamiento controversial y peligroso. Además, les informó que no podía darle el alta médica debido a una medida cautelar impuesta por la fiscalía de "Detención Predelictiva", que podría extenderse de tres meses a un año de internamiento en el centro de salud.

La Represión Sistemática del Régimen Cubano

El caso de Diego Manuel Abreu Zabala no es aislado. La represión sistemática contra los disidentes cubanos es una práctica bien documentada del régimen dictatorial de los Castro. Activistas, periodistas independientes, y defensores de los derechos humanos enfrentan constantes amenazas, arrestos arbitrarios, golpizas y encarcelamientos bajo cargos fabricados.

Los métodos de represión incluyen la vigilancia constante, el acoso a familiares, y la difamación pública. Las detenciones arbitrarias suelen ir acompañadas de tortura física y psicológica, así como de condiciones de detención inhumanas. Los opositores son frecuentemente sometidos a tratamientos médicos forzados, como en el caso de Abreu Zabala, para quebrar su resistencia y desacreditar su causa.

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